Del cumplimiento a la competitividad
jueves, 31 de julio de 2025
Javier Díaz Molina
La sostenibilidad ha dejado de ser un valor agregado para consolidarse como un requisito estratégico en el comercio exterior. En un entorno global cada vez más regulado y exigente, los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), se han convertido en filtros clave para acceder, permanecer y destacar en los mercados internacionales.
Un caso emblemático es el mercado europeo, donde los productos deben cumplir rigurosamente con estándares de sostenibilidad, trazabilidad y buenas prácticas en toda la cadena de valor. En este escenario, la sostenibilidad no solo representa una respuesta ética, sino una ventaja competitiva que define la reputación, la permanencia y el crecimiento internacional de las empresas.
Estas exigencias no se quedan en declaraciones: se materializan en regulaciones, certificaciones y normas voluntarias que marcan el rumbo del comercio global. Para acompañar esa transición, surgen herramientas como las normas de la Organización Internacional de Normalización, ISO.
Este organismo, conformado por más de 79 países, incluidos los principales bloques económicos para Colombia, construye estándares internacionales bajo un proceso técnico multisectorial y de consenso, permitiendo que empresas de todos los tamaños puedan alinear sus procesos con las expectativas del mercado mundial.
En este camino hacia un comercio más responsable y resiliente, surgen nuevos retos que se convierten en oportunidades para los actores del comercio exterior, los cuales exigen repensar los modelos de producción, distribución y consumo. Las empresas deben adaptarse a un entorno en el que la sostenibilidad ya no es opcional, sino parte integral de los requisitos para acceder a mercados exigentes.
Por lo cual, la economía circular emerge como un factor clave, al promover la eficiencia en el uso de los recursos y el cierre de ciclo de los materiales puestos en el mercado, y al generar valor económico.
En respuesta a este modelo económico, surge la serie de normas ISO 59000 sobre economía circular, que emerge como una herramienta estratégica para los sectores productivos y exportadores.
Esta serie de normas proporciona un marco internacional para rediseñar modelos de negocio, medir desempeño circular y adaptarse a nuevas exigencias regulatorias, sobre trazabilidad, sostenibilidad del ciclo de vida y circularidad de los productos. Este enfoque no solo se alinea con los objetivos de desarrollo sostenible, sino que también ofrece herramientas prácticas para adaptarse a los cambios regulatorios que ya están en marcha en muchos mercados de destino.
La adopción temprana de normas e iniciativas es una estrategia clave para anticiparse a las barreras del comercio internacional, diferenciar sus productos y crear valor. Desde Analdex, creemos que es primordial una articulación con la normativa nacional e internacional, para tener una economía más resiliente, proactiva y alineada con el desarrollo sostenible.
Hoy más que nunca, la sostenibilidad es una oportunidad en el comercio exterior y trabajar de la mano con herramientas como las normas de la Organización Internacional de Normalización, ISO, aporta al desarrollo de la economía global.