Analistas

El sueño americano

Javier Díaz Molina

El TLC entre Colombia y Estados Unidos cumplió 12 años recientemente, está en su preadolescencia y debe dar, en el mediano plazo, más saltos positivos, con miras a alcanzar la madurez en los años venideros.

Si comparamos este TLC con el desempeño de los acuerdos de comercio firmados en los últimos 13 años por el país, el balance es positivo ya que se exportaron 413 nuevos productos y 751 empresas vendieron sus bienes por primera vez a Estados Unidos, cifras superiores respecto a los tratados con la Unión Europea, Canadá o Corea del Sur.

No obstante, frente al universo de cerca de 9.000 empresas exportadoras que hay en Colombia, todavía el aprovechamiento del acuerdo es relativamente poco profundo. A esto se suma que deberían ser más los bienes que lleguen a EE.UU., sin embargo, más allá de las preferencias arancelarias, tenemos las barreras fitosanitarias.

Acá el Gobierno colombiano cumple un papel fundamental para que se aceleren esos procesos y que no nos ocurra lo que sucedió con el aguacate Hass que tardó 10 años en proceso de maduración antes de tener luz verde para estar presente en la dieta estadounidense.

Precisamente, en nuestro análisis, hubo 10 productos que le han sacado provecho al TLC, como lo han sido seis agropecuarios (limón Tahití, aguacate Hass, uchuva, azúcares de caña o remolacha, hierbas aromáticas y filetes de tilapia) y cuatro de manufacturas (puertas y ventanas, transformadores, tarjetas inteligentes y neumáticos).

Definitivamente el agro colombiano ha sido uno de los grandes ganadores, pero queda la sensación que las cifras debieron haber sido aún más positivas, si se hubiese dado mayor celeridad a los accesos fitosanitarios. Capítulo aparte para flores y café, que siguen teniendo una presencia muy fuerte en ese mercado.

De igual forma, en este tipo de mejoras que puede tener el tratado bilateral, se debe evitar términos como renegociar, dado que podemos ir por lana y salir trasquilados. Estados Unidos está en un año electoral donde se juegan múltiples factores y, gane quien gane, se proyecta que las salvaguardias y el proteccionismo van a estar a la orden del día.

Hace pocos días Estados Unidos tomó la decisión de subir unos aranceles sobre productos de origen chino, lo cual empieza a marcar ese camino de endurecer el tema comercial. Esto revive también las tensiones de guerra comercial que había comenzado el entonces presidente Donald Trump, lo cual podría tener un coletazo en el intercambio mundial de bienes.

Colombia debe jugar muy bien sus cartas para seguir favoreciendo a que más empresas y más productos puedan conquistar los gustos estadounidenses. En este sentido, la articulación entre el sector público y privado debe fortalecerse con miras a cumplirle el sueño americano a los empresarios nacionales y a alcanzar mejores resultados, que traigan desarrollo y generación de empleo en las distintas regiones del país.

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