El tono destruye el mensaje
El discurso “I Have a Dream” de Martin Luther King Jr. destaca como uno de los más emblemáticos en la historia reciente de Estados Unidos, simbolizando un potente llamado a la igualdad racial y a la búsqueda de un mundo más justo.
Este discurso, notable por su uso magistral de la anáfora, especialmente en la famosa secuencia de “I have a dream”, articula una visión personal que se convierte en un sueño colectivo. King conecta su mensaje con la historia y los fundamentos de la nación, instando a una acción no violenta contra la injusticia racial.
¿Ha cambiado el discurso de nuestros líderes en los últimos años? Sí, especialmente en América Latina. Los líderes han olvidado que uno de sus deberes primordiales es comunicar efectivamente. Si el tono, el medio y las palabras utilizadas no están alineados con la intención, el impacto negativo puede ser considerable afectando inclusive la credibilidad de todo un país.
¿Los números comunican? Sí, y más de lo que creemos. En tiempos de crisis, es esencial priorizar en los números, los presupuestos y los objetivos medibles. Como directivos, debemos reconocer que las cifras son instrumentos clave de comunicación y alineación. Actualmente existen dos temas relevantes en la comunicación financiera de nuestro país: el cumplimiento de la regla fiscal y el aval fiscal de la reforma a la salud.
La regla fiscal es crucial para demostrar responsabilidad en la gestión de recursos, mientras que el aval fiscal es necesario para proyectos de inversión a largo plazo. La forma en la que se están comunicando estos temas puede generar incertidumbre y el mercado, aunque a veces tarda, lo sabe y, lo peor, lo ajusta.
¿Las formas son importantes? Construir un buen mensaje necesita de muchos espacios de análisis y revisión, más aún cuando comunicamos desde una posición de liderazgo. En este sentido: 1. La elección de plataformas y canales de comunicación es fundamental porque los mensajes escritos carecen de tono y esto, sumado a la inmediatez de querer publicar con rapidez, puede ser contraproducente. 2. Más vale dejar enfriar los mensajes. Estos deben pasar un proceso de enfriamiento, de alejamiento y se merecen una segunda lectura antes de ser publicados. Los mensajes sin soporte técnico y datos se convierten en juicios. No hay nada peor en el escenario directivo que decidir o tratar de convencer desde los juicios, ya que, además de engañar, dañan la empatía, un valor esencial y, lastimosamente, escaso en estos tiempos.
Por último, es necesario reconocer los errores. Todos podemos cometer errores en la comunicación, pero frases polémicas como “la línea ética se va a correr un poco” o las recurrentes malas palabras que usan nuestros líderes para mostrar su desacuerdo merecen atención y urgencia. Reconocer el error es fundamental y tener el honor y la humildad para pedir disculpas y hacer compromisos es, además de actuar responsablemente, una de las mejores herramientas que existen en la comunicación.
Cabe recordar la famosa frase de un expresidente colombiano: “yo puedo pelear con todos, lo que no puedo hacer es pelear con todos al tiempo”, con la cual se refería claramente al tono, los tiempos y el mensaje, dando a entender que la comunicación es una parte fundamental de la estrategia.