Cuando Elon Musk anunció que Tesla ofrecería descuentos por primera vez, el mundo empresarial vio algo más profundo que una táctica comercial: un líder enfrentando las siete preguntas estratégicas que Robert Simons, profesor de Harvard Business School, considera esenciales para prosperar en el siglo XXI.

La decisión de Musk ilustra perfectamente la primera pregunta: ¿Quién es su cliente principal? Tesla, que durante años se dirigió exclusivamente a un segmento premium, reconoció que para mantener su crecimiento debía ampliar su base de clientes. Los descuentos fueron una redefinición estratégica de su mercado objetivo.

La segunda pregunta: ¿Cómo priorizan sus valores fundamentales entre accionistas, empleados y clientes? Tuvo eco en Netflix en 2024, cuando eliminó su plan básico y migró usuarios a uno con anuncios. Así, enfrentó una decisión que reveló sus prioridades: privilegiar la rentabilidad para los accionistas por encima de la comodidad del cliente. Esta decisión, aunque controversial, demostró una jerarquía de valores clara que guió su estrategia.

¿Qué variables críticas de desempeño está siguiendo? Esta tercera pregunta cobra vida en el contexto latinoamericano, donde más de 60% de las empresas no sobreviven a crisis financieras prolongadas. Las organizaciones que prosperan son aquellas que han identificado y monitorean constantemente los indicadores que realmente importan.

Los límites estratégicos, relacionados con la cuarta pregunta, se vuelven evidentes cuando las empresas afrontan riesgos reputacionales. Aquellas que han establecido claramente qué acciones están fuera de sus límites éticos y operacionales son las que mejor navegan las crisis.

La quinta pregunta sobre tensión creativa encuentra su manifestación más sofisticada en BYD, el gigante chino que superó a Tesla en ventas globales durante 2024. Wang Chuanfu, fundador de BYD, ha construido deliberadamente una tensión productiva entre tres divisiones aparentemente incompatibles: baterías, automóviles y electrónicos. Esta estructura organizacional genera fricciones constantes que obligan a cada división a innovar para justificar su existencia dentro del ecosistema BYD.

¿Qué tan comprometidos deben estar sus empleados para ayudarse mutuamente? La sexta pregunta resuena especialmente en un momento donde 64% de los gerentes considera que la formación que reciben no les sirve en su día a día. Las empresas exitosas han redefinido el compromiso no como lealtad ciega, sino como colaboración inteligente orientada a resultados compartidos.

Finalmente, la séptima pregunta: ¿Qué incertidumbres estratégicas le quitan el sueño?, se materializa en preocupaciones mucho más tangibles que los grandes temas geopolíticos. Para el CEO de una empresa de retail, es la pregunta de si sus clientes seguirán comprando en tiendas físicas o migrarán completamente al comercio digital. Para el director de una fintech, es la incertidumbre sobre cuándo los bancos tradicionales desplegarán sus propias soluciones tecnológicas y eliminarán la ventaja competitiva.

La realidad de 2025 nos impone una adicional: ¿Qué impacto tendrá la tecnología en los modelos de negocio? La inversión en automatización crece, muchas veces sin objetivo claro. El verdadero liderazgo requiere preguntarse cómo preservar la esencia humana de la organización.