Analistas 24/09/2022

Buscando la espontaneidad

Javier Villamizar
Managing Director

A mediados de 2020, Alexis Barreyrat, que venía de trabajar como productor en la empresa americana de cámaras de video GoPro y que había sido alumno de la innovadora escuela de programación “Ecole 42” en París, decidió junto con su compañero Kevin Perreau, lanzar al mercado la aplicación BeReal. Dos años más tarde y luego de levantar cerca de US$30 millones de prestigiosos fondos de capital de riesgo se Silicon Valley como Andreessen Horowitz, BeReal se ha posicionado en los primeros puestos de la lista de descargas en las tiendas de aplicaciones a nivel global, comandando una valoración superior a los US$500 millones sin todavía generar un centavo de ingresos.

Los fundadores de BeReal son fieles creyentes de la premisa que reza “a veces menos es más”, lo cual se refleja en el funcionamiento de la aplicación que simplemente deja a sus usuarios publicar una imagen por día, la cual solo tienen dos minutos para crear. La aplicación invita a todos los usuarios a publicar al mismo tiempo, con una notificación enviada en un momento aleatorio, una fotografía simultáneamente con las cámaras delantera y trasera del teléfono, la cual es compartida con nuestro círculo de amigos cercanos, así como con todos los demás usuarios de la plataforma.

La idea, que para muchos es brillante y para otros es difícil de entender, busca crear un competidor minimalista de aplicaciones como Instagram, Snapchat, TikTok y Facebook entre otras, donde los usuarios no tienen herramientas de edición de sus fotografías, filtros, etc., pretendiendo crear un lugar honesto y divertido para que la gente comparta su vida con sus amigos.

Es claro como la inmediatez y el encanto cotidiano de BeReal atrae a un público desilusionado con las redes sociales tradicionales y cómo se ha venido convirtiendo en uno de los lugares más queridos de Internet en la actualidad. El potencial económico del concepto y las posibilidades de monetización a largo plazo generan bastante escepticismo, recordándonos estruendosos fracasos como el de la aplicación Clubhouse, que se popularizó durante los días más difíciles de la pandemia de covid-19.

BeReal, a diferencia de las adictivas redes sociales que alimentan la comparación y que retratan la vida con el objetivo de acumular influencia, se sustenta en la espontaneidad y la autenticidad, lo cual se presenta como una contra-cultura al fenómeno de los “influencers” que compiten generando contenido para las marcas que los contratan.

Como ha sucedido en el pasado con formatos innovadores de contenido, los competidores no se han quedado quietos esperando que sus usuarios los abandonen, es así como TikTok anunció recientemente el lanzamiento de “Now”, una nueva experiencia que anima diaria a los usuarios mediante una notificación diaria a compartir en el momento lo que están haciendo, utilizando la cámara frontal y trasera de su dispositivo móvil, claramente una vil copia de la funcionalidad de BeReal.

Al igual que con todas las aplicaciones emergentes, existe la posibilidad de que algún gigante tecnológico, tarde o temprano, haga que BeReal sea redundante o lo absorba, pero su supervivencia depende principalmente de la actitud de su audiencia. Una cosa es segura, que la plataforma ha logrado hacerse un hueco en el mercado, contando hoy con más de 15 millones de usuarios activos diarios, lo cual podría cuestionar el hecho de que versiones copiadas sean capaces de atraer a los usuarios a las aplicaciones de las que recientemente huyeron.

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