Habiendo pasado varios días en diferentes ciudades de China, no queda más que maravillarse de la increíble velocidad a la que se mueve una sociedad que para muchos estuvo condenada al fracaso y al aislamiento luego de que el líder del Partido Comunista de China, Mao Zedong volviera al poder e instaurara la famosa “Revolución cultural” a principios de los años setentas.
Sorprende ver como las nuevas generaciones en China han adoptado la tecnología móvil, el internet y el comercio electrónico y los han vuelto parte integral de su diario vivir, incluso de una manera más pronunciada que en países de occidente. Vale la pena aclarar que el desarrollo y la penetración del internet y de los servicios móviles en China ha sucedido a pesar de que uno de los principales motores del ecosistema a nivel global, Google, no esta presente desde 2010 cuando decidió abandonar el mercado en protesta por las políticas de censura del gobierno.
En China, las búsquedas en internet la domina Baidú, Alibaba es el rey del comercio electrónico y el monopolio de la mensajería lo tiene la aplicación WeChat de la firma Tencent (valuada en mas de US$300.000 millones) que hoy cuenta con casi 1.000 millones de usuarios registrados y que ha opacado en China a WhatsApp y Facebook Messenger. WeChat crece a pasos agigantados en el mundo digital al haberse convertido en la plataforma de pago electrónico preferida del consumidor chino y en un sistema de marketing digital donde se ofrece a los comerciantes la posibilidad de anunciar sus productos directamente a los usuarios. WeChat es la plataforma que concentra más interacciones digitales en todo el país (sus usuarios pasan en ella un promedio de 66 minutos al día y la abren unas 10 vez diarias), ya que además de la mensajería tradicional, se puede utilizar para pedir taxis, pagar facturas, reservar hoteles, pedir consultas a médicos, hacer transferencias de dinero, comprar y vender productos y servicios en millones de establecimientos. WeChat acapara la funcionalidad de WhatsApp, Facebook, Instagram, Skype, Uber, PayPal, Tinder y Amazon en una única plataforma de acceso gratuito convirtiéndose precisamente en la plataforma omnipotente con la que sueñan los Facebook y Google del mundo occidental.
La última jugada de Tencent, siguiendo una directiva del gobierno chino y en directa competencia con el “Sesame Credit” de Alibaba, es la implementación de un sistema de calificación de crédito y puntuación social utilizando toda la información que tiene de los usuarios de WeChat, encaminada a proveer en tiempo real un reporte de la viabilidad financiera de los ciudadanos.
El puntaje de los ciudadanos está relacionado con miles de variables y datos que se han venido almacenando a través de los años que incluyen entre otros, el historial de compras y transacciones comerciales e incluso aspectos marginales a sus finanzas, como el hecho de emitir opiniones contrarias al gobierno en algún foro público, la difusión de noticias sin la autorización del gobierno y el puntaje crediticio de sus amigos o familiares cercanos.
Los beneficios de una plataforma digital “todo en uno” son innegables y basta con pasar un día en China para darse cuenta del porque del crecimiento exponencial de WeChat. Ahora bien, la conveniencia que se gana con su uso puede llegar a tener un costo bastante alto para los ciudadanos que ha cambio de los beneficios, han entregado su privacidad a una entidad omnipresente que conoce cada detalle de sus vidas, sus patrones de comportamiento y que puede influenciar su interacción con el resto de la sociedad.