Analistas 30/10/2015

Cortar el cable: una decisión no tan fácil

Javier Villamizar
Managing Director

El trimestre anterior, la cadena de televisión Espn, parte del conglomerado de medios de Walt Disney, mostró que perdió más de 3 millones de suscriptores en menos de un año y ha registrado un decrecimiento de más de 7% en la cantidad de hogares en Estados Unidos que acceden a sus contenidos. Espn, un conjunto de canales disponible sólo como parte de paquetes de cable y televisión satelital, cuya fortaleza son las transmisiones deportivas en vivo, parece estar perdiendo relevancia ante un público que pide paquetes de cable más ligeros o se está pasando a los servicios de “streaming” en Internet también conocidos como OTT (por sus siglas en inglés Over The Top). Una plataforma de servicios OTT es aquella que pone a disposición de los usuarios contenidos audiovisuales en cualquier lugar y momento por medio de una conexión a internet y un dispositivo de acceso como lo son un computador, un teléfono móvil, una tableta, un televisor “inteligente” o un dispositivo de “streaming” como el Apple TV.

El mundo de los OTT de video es liderado por la firma norteamericana Netflix que ha venido creciendo aceleradamente y expandiéndose a nivel global a la par del crecimiento de  la adopción de internet, al mismo tiempo que ha aumentado la oferta de contenidos en línea incluyendo producciones propias que han dado pie a una transformación de las preferencias de los usuarios en el consumo de contenidos audiovisuales.

A diferencia de la televisión paga tradicional, donde el acceso a los contenidos se encontraba limitado por paquetes de canales, horarios y una programación fija, en la actualidad, los servicios OTT, ofrecen contenidos amplios y los usuarios los pueden acceder de modo inmediato y bajo demanda. En los últimos dos años, la tasa de crecimiento anual de las plataformas OTT ha sido mayor en varios ordenes de magnitud al crecimiento del sector de las telecomunicaciones en el mundo.

Con mas de 70 millones de suscriptores en más de 50 países en el mundo y alrededor de 100 millones de horas de contenidos en “streaming” todos los días, Netflix se ha convertido en el líder mundial del entretenimiento online. Netflix se convirtió en el primer servicio de programación online en ganar un Globo de Oro. Por ‘House of Cards’ Robin Wright ganó el globo a mejor actriz en un drama de la televisión por su actuación y además, Netflix recibió otros dos Globos de Oro por ‘Orange is the new Black’ y ‘Arrested Development’.

Los proveedores tradicionales de programas originales de televisión, como es el caso de Televisa, Univisión y la BBC se encuentran en una encrucijada y deben decidir si le apuestan todo a sus propios servicios OTT o si mejor venden su contenido a compañías como Netflix, Apple, Hulu o el mismo YouTube que hoy son un destino preferido de las nuevas generaciones. 

Desde el punto de vista financiero, el problema de algunas compañías OTT es que aunque generan grandes ingresos, en su carrera por crecer y establecerse requieren cantidades inmensas de efectivo. Para muchos, Netflix es una “gran bomba de tiempo”, ya que su flujo de caja se mantiene en negativo y cada trimestre requiere más capital para mantenerse a flote y seguir siendo competitivo por medio de la compra o producción de contenidos originales. Desde el punto de vista de los usuarios, la diversidad de servicios OTT agrega un nivel de complejidad adicional a una experiencia relativamente simple como la de ver televisión.

Aunque muchos analistas piensan que los “millennials” serán la generación que “cortará el cable”, refiriéndose al hecho de dejar de subscribirse en forma tradicional a los servicios de televisión satelital o por cable, no es claro como la industria va a consolidarse de manera que los subscriptores no tengan que tener contratos con múltiples proveedores de contenido. Suena ilógico que un usuario que quiera ver las novelas tradicionales de los canales locales o sus contrapartes mexicanos tenga que pagar una mensualidad por este servicio y al mismo tiempo pagar por el acceso a canales de deportes o de películas.