Analistas 19/05/2018

“Historias”: el nuevo formato de medios

Javier Villamizar
Managing Director

El término “historia”, como muchos otros en el mundo de los “millennials”, ha sido redefinido y su significado tiene poco que ver con lo que la Real Academia consigna en su diccionario.

Las “historias” de las que viven hoy los usuarios de plataformas como Snapchat, Facebook y Whatsapp son la antítesis de lo que la palabra significa, porque siendo colecciones de imágenes, videos, textos y narraciones que aunque pueden contar un cuento (igual pueden no tener un hilo conductor o simplemente ser secuencias aleatorias), son efímeras y desaparecen en 24 horas (a menos que quienes las publiquen conscientemente decidan archivarlas).

Según lo han manifestado ejecutivos de Facebook, el formato de “historias” de Instagram y Facebook está en camino para superar en los próximos meses a la “línea de tiempo” como la forma preponderante utilizada para compartir contenido. El mercado de los millennials prefiere consumir contenido en el formato de “historias” porque les permite plasmar algo que se está viviendo o experimentando, sin la presión natural de buscar y competir por un “me gusta”.

El medio, aunque de manera rudimentaria, tiene posibilidades expresivas como la adición de íconos, filtros, etiquetas, tipografías y animaciones que producen una especie de emoción aumentada con respecto a la realidad que se está compartiendo.

El formato, inicialmente popularizado por Snapchat (compañía por la que el mismo Mark Zuckerberg llegó a ofrecer US$9.000 millones) y luego adoptado por Instagram como una forma de extender su servicio de compartir fotos y videos, extendiéndolo a otras capas demográficas.

En un momento donde Instagram se enfrentaba a la amenaza de dejar de ser la plataforma preferida las nuevas generaciones, como le ha pasado a Facebook, la adición del formato de “historias” logró la incorporación de nuevos segmentos de usuarios que vieron en el uso de los teléfonos móviles para captar, editar y compartir vídeos cortos, una evolución natural del uso de las redes sociales.

Snapchat inventó el concepto de las publicaciones efímeras y generó la demanda en el público joven, Facebook (quien es dueño de Instagram) copió en Instagram este formato como una extensión de su producto tradicional y se aprovechó del músculo de la red social de fotografía para comerse el mercado.

Para las empresas, las “historias” también se han ubicado como un nuevo formato para conectar con los usuarios de las redes sociales. Según reporta Instagram, más de 50% de los negocios con presencia en la plataforma, produjeron una “historia” y una de cada cinco historias orgánicas generada por una empresa reciben un mensaje directo.

Es así como las “historias” están en camino de convertirse en el formato de medios de la nueva generación, como en su momento lo fueran las revistas impresas, los programas de TV de 30 minutos o los “realities”. El carácter efímero de las mismas es un mecanismo disfrazado para generar adicción que toca el conocido fenómeno tan arraigado en los “millennials” conocido como Fomo, por sus siglas en inglés que se traduce como el temor de perderse algo.

El hecho de que las historias sean publicadas de manera instantánea y aleatoria, ya sean de un amigo, una celebridad o una marca y que sepamos que desaparecerán en poco tiempo, genera una compulsión por entrar de manera repetida a las aplicaciones y revisar si hay contenido nuevo, algo que los formatos tradicionales no logran y que se convertirá en la panacea para los anunciantes.

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