La conciencia ambiental ha aumentado significativamente en los últimos años y muchas personas están tomando medidas para reducir su impacto en el medio ambiente. En la actualidad, muchos individuos, entre ellos celebridades y personajes de la política, se ven a sí mismos como personas conscientes del medio ambiente y promotores del cambio climático.

En esta lucha a menudo se asume que estas personas que se consideran ambientalmente conscientes y promueven prácticas sostenibles están haciendo lo correcto para reducir su impacto en el medio ambiente. Sin embargo, muchos de estos individuos viven ignorantes del efecto que producen al promover y utilizar a diario productos que generan una gran cantidad de contaminación en su producción y comercialización.

Ejemplos claros de esto son la industria de la “moda rápida” y la de los trajes de neopreno para surfear. En su mayoría, los surfistas, quienes suelen ser considerados como defensores del medio ambiente por su amor por el océano y su preocupación por la contaminación, no son conscientes de que los trajes de neopreno que utilizan son una fuente importante de contaminación ambiental. La fabricación del neopreno es altamente contaminante y emite grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Además, el proceso de producción de neopreno genera grandes cantidades de residuos tóxicos que pueden dañar la salud humana y el medio ambiente.

Muchos de estos surfistas amantes de la naturaleza no saben que el material de muchos de sus “wetsuits” viene de una zona cerca a Nueva Orleans conocida como “Cancer Alley” o el “Corredor del Cáncer”. Esta región ha sido severamente afectada por la contaminación industrial y las emisiones tóxicas durante décadas, lo que ha provocado una serie de problemas de salud en la población local, incluyendo un aumento en los casos de cáncer.

Muchas personas que se consideran a sí mismas como ambientalmente conscientes pueden estar contribuyendo al cambio climático sin saberlo, en situaciones como la compra de ropa de manera compulsiva. No hay duda de que muchos de los fervientes ambientalistas con clientes asiduos de empresas de moda rápida, como Zara y H&M, que promueven la venta de ropa casi desechable. La industria de la moda es una de las más contaminantes debido a que utiliza grandes cantidades de energía y agua para producir ropa, y genera enormes cantidades de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero. Muchas de estas empresas utilizan materiales sintéticos, como el poliéster, que son altamente contaminantes y tardan siglos en degradarse.

La ignorancia sobre la contribución de estos productos al cambio climático es preocupante, pero también lo es la falta de acción. Es importante que tanto los consumidores como las empresas tomen medidas para reducir su impacto ambiental y promover prácticas más sostenibles.

Todos tenemos la responsabilidad de hacer más que propaganda y crítica a las industrias que contaminan, siendo más conscientes y haciendo la tarea de informarnos de nuestro impacto en el medio ambiente al igual que tomando medidas para reducirlo. Debemos apoyar prácticas sostenibles y alternativas más ecológicas para los productos que utilizamos y promovemos, y presionar con lo que consumimos o no a diario a las empresas para que adopten prácticas más responsables y respetuosas con el medio ambiente.