La inteligencia artificial generativa tiene el potencial de transformar la industria de la música de maneras profundas. Compañías como Lifescore, Popgun, Amadeus Code, Anthropic, Jukedeck e Improvai están desarrollando modelos de aprendizaje automático que pueden componer música completamente nueva en una variedad de estilos. Estos sistemas pueden generar cantidades masivas de nueva música en una amplia gama de estilos, géneros y estados de ánimo. Estas empresas tienen la ventaja de enfocarse específicamente en la música, analizando enormes catálogos de canciones para alimentar sus sistemas de inteligencia artificial musical.

Lifescore ha demostrado la capacidad de generar música sincronizada para medios como películas, televisión y videojuegos. Popgun puede generar canciones populares en una variedad de géneros que suenan increíblemente profesionales. Y Amadeus Code permite a los compositores humanos colaborar con una IA para acelerar el proceso de escritura de música

A medida que continúan avanzando, los modelos de IA musical eventualmente igualarán y posiblemente superarán la capacidad de los compositores humanos. Tendrán acceso a una comprensión casi intuitiva de la teoría musical, la armonía, la progresión de acordes y las relaciones melódicas. Las empresas líderes en IA musical ya han demostrado la capacidad de sus sistemas para producir música compleja y envolvente. Sus catálogos contienen una explosión de nuevos géneros híbridos y pistas experimentales que los compositores humanos pueden no haber explorado.

La música generada por computadora plantea preguntas interesantes sobre el futuro de la creación y la propiedad musical. Pero también presenta una oportunidad para que los servicios de “streaming” lideren el camino hacia un nuevo paradigma. Spotify, la plataforma líder en servicios de música bajo demanda está bien posicionada para capitalizar este potencial de la IA generativa, gracias a tener acceso a la biblioteca de música más grande del mundo. La aplicación de estas tecnologías representa una oportunidad sin precedentes, pero también una amenaza existencial. Por un lado, Spotify podría asociarse con empresas de IA musical para ofrecer a sus usuarios acceso instantáneo a una biblioteca infinita de música generada artificialmente, lo cual podría generar una expansión exponencial de sus catálogos y una ventaja competitiva decisiva sobre los servicios rivales.

La próxima frontera de la música generada por IA se está abriendo, y el futuro de la industria musical está en juego. Existe un escenario donde los grandes sellos discográficos podrían comenzar a firmar contratos con compositores “algorítmicos” en lugar de, o junto con, los talentos humanos. Los sistemas de IA pueden generar nueva música, melodías e incluso letras completas. ¿Quién posee los derechos de autor de estas obras? ¿El creador humano que entrenó el modelo de AI, el desarrollador de la IA o nadie ? Una compañía discográfica podría usar una IA para analizar las tendencias musicales actuales y generar canciones “hechas a la medida” para un artista popular. Aunque la IA creó gran parte de la canción, el artista y la discográfica podrían reclamar la propiedad intelectual completa y los beneficios de su éxito comercial.

Estas situaciones plantean preguntas complejas sobre cuánta contribución humana se necesita para reclamar la autoría. A medida que la generación de música por IA se vuelve más sofisticada, las conversaciones entre creadores, empresas de tecnología y legisladores serán cruciales para lograr un equilibrio adecuado.