Vicky: víctima del canibalismo
martes, 19 de noviembre de 2024
Jerome Sanabria
La noticia de la candidatura de Vicky Dávila ha sacado lo peor de muchos bienpensantes del progresismo, e incluso de varios de sus colegas. No sé si mi voto será o no por Vicky, aún está muy pronto, pero de lo que sí estoy segura es que su candidatura es valiosa para la democracia. Como una ‘no política’, viene a sacudir el tablero de la política nacional. Sin embargo, me preocupa que deje vacante el rol de control que en su calidad de periodista venía ejerciendo. Le hará falta a la oposición.
Las numerosas críticas y mensajes de odio que han surgido en las redes sociales a causa de la candidatura de Vicky Dávila no sorprenden. Lo que particularmente me ha sorprendido es que varias de ellas provienen de periodistas, y en su mayoría de mujeres. Se puede estar o no de acuerdo con las ideas de Vicky, pero resulta increíble que sean ellas, incluso colegas, quienes se supone saben muy bien lo difícil que es ejercer su profesión en un país aún machista, se unan cual jauría para atacarla. No parecen periodistas sino caníbales en busca de su presa. Ojalá que esas mujeres hostiles hubieran tenido esa virulencia con el actual gobierno. Pero no, en cambio muchas de ellas pusieron su grano de arena para que Petro llegara al poder.
A quienes la critican por ser periodista, cabe recordarles que 22 presidentes en la historia de nuestro país han ejercido ese oficio; y que para ser Presidente no se necesita estudiar una carrera en específico, o tener pasado político. Qué lástima que la indignación sea selectiva. Sería coherente que esos mismos críticos hubieran sido los primeros en oponerse a que, por ejemplo, Juan Manuel Santos fuera presidente. Pero no, si revisamos a fondo, la gran mayoría de bienpensantes contribuyeron a su victoria electoral. Me decía un amigo hace un par de días: “En Colombia está mal hacer política si eres periodista a menos que te apellides Santos”, y ¡cuánta razón tiene!
Otros la critican por usar la Revista Semana para impulsarse. ¿Impulsarse cómo?
¿Revelando escándalos del gobierno y poniéndole la lupa a las irregularidades de la campaña? Hizo su trabajo, y lo hizo muy bien. Tanto así que varias de sus denuncias ya están judicializadas. El caso más visible, el de Nicolás Petro. Si revelar escándalos del gobierno fuera ‘impulsarse’, entonces muchos otros periodistas también lo estarían haciendo. Así de absurdo se ve ese argumento.
Lo que parece increíble es que esas críticas vienen, en gran parte, de periodistas que no solo votaron por Petro sino que también lo impulsaron usando sus medios de comunicación, ‘lavándole la cara’ y minimizando los escándalos de corrupción. Luego se han ido desencantando, o mejor, acomodando, pero de eso nadie habla. ¿Por qué cuando ellos apoyaban al candidato Petro no les parecía que usar el periodismo para hacer política estaba mal?
Necesitamos más voces valientes y críticas como la de Vicky. Gente que no tema incomodar. Bien decía Edmund Burke: “Para que el mal triunfe solo se necesita que los buenos no hagan nada”.