La semana pasada, el país recibió la que puede ser una de las mejores noticias en materia económica del año. El anuncio conjunto entre el Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro, y la banca sobre el lanzamiento del Gran Pacto por el Crédito, sentó las bases de la estrategia de reactivación económica, a la vez que generó señales muy positivas respecto al compromiso de las autoridades y el sector privado para trabajar de manera mancomunada en beneficio de los ciudadanos.
Este pacto, que debo decirlo, se alcanzó a partir del arduo trabajo y el diálogo constructivo entre diferentes entidades del Gobierno y la banca a lo largo de 20 reuniones, se presenta a los colombianos como una ambiciosa e innovadora estrategia de reactivación económica destinada a expandir la oferta de fondos prestables para sectores estratégicos durante los próximos 18 meses, y que, en ninguna instancia, comprometerá la estabilidad financiera ni la confianza de los ahorradores.
En primer lugar, quiero destacar que los sectores estratégicos, que comprenden la vivienda, la industria, el agro, el turismo y la economía popular, se verán beneficiados por el otorgamiento de créditos por $55 billones, cifra que representa un significativo incremento de 28% respecto al financiamiento al que accedieron en los últimos 18 meses.
Ahora bien, como segundo punto, el Pacto por el Crédito se configura como un elemento de certidumbre para inversionistas nacionales y extranjeros, superando la discusión de nuevas e inconvenientes inversiones forzosas; en cambio, se opta un mecanismo de planificación económica que opera bajo condiciones de mercado. Es fundamental destacar que los ahorros de los colombianos nunca han estado en riesgo; la confianza, uno de los grandes activos de nuestro sector, se basa en la aplicación de los más altos estándares regulatorios para preservar la estabilidad y el bienestar del consumidor financiero, una labor que no cesará y que en cambio se reforzará continuamente.
En tercer lugar, sobresale la materialización del diálogo constructivo como el camino hacia una sociedad más próspera. Las discusiones que se llevaron a cabo se materializaron en un Pacto Nacional que busca reactivar la economía mediante herramientas de política pública modernas. Esto no es más que un claro ejemplo de los frutos de llevar a cabo debates mancomunados que convergen en un mismo objetivo, el bienestar de los colombianos.
El Pacto por el Crédito inicia en septiembre, aportando rápidamente a la reactivación económica. Se requerirá, desde luego, definir instrumentos para garantizar mejores condiciones de financiamiento ya sea por vías de erogación fiscal con líneas de redescuento y garantías o por modificaciones regulatorias que brinden solvencia a las entidades para ser capaces de ofrecer mayores recursos a menores tasas de interés.
Finalmente, mediante la articulación interinstitucional se dará seguimiento a las metas propuestas en comisiones de alto nivel y, por supuesto, todo el país estará atento al desarrollo de este ambicioso programa. Desde la banca, mantenemos una firme convicción y un inquebrantable compromiso con la implementación efectiva de este gran acuerdo, para así contribuir mediante la financiación bajo criterios de mercado al progreso económico y social del país.