Las recientes quiebras de algunas entidades bancarias en países desarrollados pueden generar inquietudes sobre la posibilidad de que algo similar ocurra en Colombia. Es usual que estas noticias generen incertidumbre o incrementen el riesgo que perciben los mercados financieros, pues en ocasiones pasadas este ha sido un síntoma de grandes crisis económicas, como sucedió en 2008. Sin embargo, lo relacionado con Silicon Valley Bank, First Republic Bank, Signature Bank y Credit Suisse ha tenido detonantes distintos.
En el caso de los tres primeros, los ahorradores estadounidenses perdieron confianza sobre la estabilidad de estas entidades y decidieron retirar sus depósitos masivamente, generando problemas de liquidez. Hechos como no estar cubiertos ante riesgos de tasa de interés, así como contar con una proporción considerable de activos en bonos de largo plazo o “al vencimiento”, en un periodo en el que la Fed ha tenido que elevar su tasa de interés para controlar la inflación, exacerbaron los resultados negativos y los problemas de confianza. Además, la mayoría de los depósitos no estaban cubiertos por el fondo de garantía de depósitos de Estados Unidos.
Para el caso europeo, la crisis se dio luego de conocerse los resultados negativos como consecuencia de malas decisiones de inversión, escándalos de lavado de dinero y la subsecuente retirada masiva de depósitos.
Entonces, ¿qué tan probable es que suceda esto en el sector bancario colombiano? En mi opinión, muy improbable, por tres razones principales.
La primera es que la regulación y supervisión del sector financiero en Colombia tienen una larga tradición de ortodoxia. Esto ha hecho que se adopten los estándares más adecuados en materia de liquidez, solvencia y fondeo. Hoy los bancos cumplen holgadamente los mínimos regulatorios del IRL, con 200% vs. 100% exigido; en materia de relación de solvencia, 16,6%, vs. 9%; y en el Cfen, 112% vs. 100%. Este último indicador, adoptado en 2020, garantiza que el perfil de plazos del activo no se descalce con el del pasivo, mitigando los riesgos de liquidez que se presentaron en los bancos anteriormente mencionados.
La segunda es el seguro de depósitos de Fogafín. Actualmente, todas las entidades que están habilitadas para recibir recursos del público tienen asegurados los depósitos de sus clientes hasta por $50 millones.
La tercera está en el robusto Sistema de Administración de Riesgo de Lavado de Activos y Financianción del Terrorismo - Sarlaft. Colombia fue el primer país de América Latina en implementar este sistema y hoy es ejemplo mundial en esta materia.
No por nada, Colombia cuenta con el sistema bancario más estable de Suramérica y uno de los más estables de toda América. Según el FMI, Colombia solo ha tenido dos crisis bancarias en el último siglo, mientras que Brasil tuvo 11 (…11!!!), Argentina nueve y Chile y México siete. Tenemos, en síntesis, un sistema financiero sólido y estable, que nos brinda confianza y tranquilidad en periodos como el actual, de incertidumbre en los mercados financieros, y que, desde luego, también mantiene una adecuada gestión de riesgos en medio de un constante monitoreo de las dinámicas de los mercados externos.