El debate sobre tecnócratas vs. activistas
Las recientes declaraciones del presidente Petro hacia la exministra de Agricultura, Cecilia López de Montaño; y el exdirector del Departamento Nacional de Planeación, DNP, Jorge Iván González, han suscitado un debate sobre el papel de los tecnócratas y el activismo en la política nacional. En su comentario dirigido a López de Montaño, Petro hizo hincapié en la necesidad de que los tecnócratas estén al servicio del pueblo. En contraste, al referirse a González, expresó su descontento, describiéndolo como una “piedra en el zapato” durante su gestión. Además, señaló que el plan de desarrollo elaborado por González no incorporó adecuadamente las propuestas de su gobierno. Estas afirmaciones subrayan la tensión entre los enfoques técnicos y políticos en la formulación de políticas públicas, así como la importancia de examinar más a fondo el significado y las motivaciones detrás de las palabras del presidente. Asimismo, es evidente que Petro está optando por una estrategia que privilegia el activismo sobre el enfoque puramente técnico, al reemplazar a los tecnócratas con activistas en cargos clave del gobierno.
Para profundizar en la discusión, es primordial entender primeramente los roles tanto del tecnócrata como del activista, además de tener una comprensión clara del concepto de ‘pueblo’, antes de evaluar quién está más en sintonía con las necesidades y aspiraciones de la sociedad y quién está más dispuesto a abordarlas. Posteriormente, es esencial analizar si el plan de desarrollo ‘Colombia potencia mundial de la vida’ realmente atiende las necesidades y demandas del pueblo.
Comencemos por comprender los roles del tecnócrata y del activista en el contexto político. Un tecnócrata se caracteriza por su experiencia técnica y especializada en áreas específicas, como economía, finanzas o política pública. Normalmente, estos expertos son seleccionados por su competencia y conocimiento técnico para abordar y resolver problemas complejos en la administración pública.
Por otro lado, el activista es un individuo comprometido con la defensa de causas sociales, políticas o ambientales. Su enfoque se centra en la movilización y el activismo cívico para promover el cambio social y político. Los activistas suelen representar los intereses y demandas de la sociedad civil, abogando por la justicia social y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Ahora, en cuanto al concepto de “pueblo”, podemos entenderlo como la totalidad de la población de un país o región, que incluye a todos los ciudadanos y habitantes que conforman la sociedad. El pueblo representa una diversidad de opiniones, necesidades y aspiraciones que deben ser consideradas y atendidas por los líderes políticos y las instituciones gubernamentales.
Es esencial considerar que tanto los tecnócratas como los activistas, en sus respectivos roles, deberían estar orientados hacia el beneficio del pueblo. Los tecnócratas, con su experiencia técnica, deberían proporcionar soluciones sólidas y eficientes a los problemas gubernamentales, mientras que los activistas deberían abogar por los intereses y necesidades de la sociedad civil. Ambos grupos, en su accionar, deberían tener como premisa principal mejorar las condiciones y el bienestar de la población en general. Por lo tanto, cualquier decisión o política implementada debería estar dirigida a maximizar el beneficio para el pueblo, asegurando una gestión gubernamental transparente, equitativa y responsable.
Al designar activistas en lugar de tecnócratas al frente de instituciones clave como el DNP, DPS y el Dapre, el presidente Petro ¿Prioriza el compromiso social o político sobre la experiencia técnica? ¿Está buscando fortalecer su partido político, que está en declive después de las pasadas elecciones? ¿O busca conservar el poder?
Personalmente, no creo que el presidente Petro esté considerando a fondo si el activista puede desempeñar mejor la tarea que el técnico para cumplir su propuesta presidencial. Lo que se intuye es que está tratando de levantar su partido político, que quedó bastante golpeado después de las últimas elecciones, y además tiene intenciones de conservarse en el poder. Es decir, el Presidente dejó de lado la razón por su ambición.
Por otro lado, es esencial reflexionar sobre las afirmaciones del presidente hacia el exdirector del Departamento Nacional de Planeación, DNP, Jorge Iván González ¿Realmente el plan de desarrollo ‘Colombia potencia mundial de la vida’ no responde a las propuestas presentadas durante la campaña presidencial de González, o es simplemente que el Presidente no ha leído o entendido el Plan de Desarrollo y su importancia para el país?
El Plan de Desarrollo ‘Colombia potencia mundial de la vida’ surge como respuesta a las complejas necesidades de Colombia, abordando su problemática económica, fiscal, social y ambiental. Este ambicioso proyecto nació de un proceso participativo y democrático que involucró a más de 250.000 ciudadanos y ciudadanas, recopilando 89.000 propuestas en 51 diálogos regionales vinculantes. Estos encuentros se concibieron como espacios de participación inclusiva para abordar temas cruciales y diseñar estrategias que impulsen el desarrollo integral del país.
Al examinar detenidamente el plan en su totalidad, se abordan una serie de temas fundamentales, tales como el ordenamiento del territorio en torno al agua y la justicia ambiental, la seguridad humana y la justicia social, el derecho humano a la alimentación, la internacionalización, la transformación productiva en favor de la vida y la acción climática. Asimismo, se contempla la convergencia regional, la construcción de una sociedad colombiana centrada en la vida, con énfasis en la igualdad de género y la no discriminación, la reparación integral a las víctimas, la promoción de una nueva generación comprometida con la vida y la paz, el enfoque en los niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto armado, así como en las comunidades étnicas y los jóvenes con derechos que lideran las transformaciones para la vida. Se busca garantizar un país sin barreras para las personas con discapacidad, y promover la estabilidad macroeconómica en el contexto de todas estas iniciativas.
Derivado de esto, entre las múltiples propuestas presentadas, se destacaron medidas innovadoras como el catastro multipropósito, diseñado para legalizar la tenencia de tierras en Colombia con una meta de 70% de cobertura. Esta iniciativa no solo buscaba mejorar las finanzas a nivel nacional y territorial, sino también facilitar una planificación más eficaz del territorio y la identificación de sus potencialidades. Asimismo, se destacó el establecimiento de un sistema único de ingresos, orientado a dirigir la ayuda gubernamental hacia aquellos que realmente la necesitan, considerando no solo aspectos demográficos y de pobreza, sino también los recursos naturales y el medio ambiente.
Además, el plan introdujo un cambio significativo en la focalización de la ayuda al impulsar la economía popular y proponer una estrategia precisa para canalizar la asistencia hacia las regiones y el territorio, teniendo en cuenta no solo la población y la pobreza, sino también los recursos naturales como un elemento central para su asignación.
Ante estas consideraciones, surge la interrogante sobre por qué el presidente Petro cuestiona la adecuación del plan de desarrollo actual a su propuesta de gobierno. Aunque ha firmado su aprobación, sus críticas plantean dudas sobre si comprende realmente la amplitud y profundidad del plan y cómo se relaciona con sus objetivos políticos. En este sentido, resulta crucial que los líderes políticos, incluido el Presidente, respalden y comprendan las políticas y programas implementados en beneficio del pueblo. La falta de cohesión y el cuestionamiento público de medidas gubernamentales importantes solo socavan la confianza en el gobierno y obstaculizan el progreso del país.
Por lo tanto, es esencial que el presidente Petro reconsidere su postura y demuestre un compromiso real con el bienestar y el desarrollo de Colombia, respaldando y trabajando en colaboración con el plan de desarrollo actual. Además, es fundamental que deje a un lado su ambición personal y su ceguera ante el valor del capital humano y la experiencia técnica, para que pueda liderar de manera efectiva y marcar un camino serio para el bienestar del país.