El desafío de los ‘Animal Spirits’ en la era Petro
En medio de la incertidumbre económica que aqueja a Colombia, el reciente anuncio de un modesto crecimiento de 0,6% en el Producto Interno Bruto (PIB) entre 2022 y 2023 ha suscitado preocupaciones sobre si el país está al borde de una recesión económica. Los datos publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) arrojan una luz aún más sombría sobre la situación: se ha registrado una caída de 27,2% en la formación bruta de capital y un descenso de 14% en la formación de capital fijo durante el mismo período. Estas cifras representan los segundos peores registros en ambos rubros en los últimos 15 años, subrayando la magnitud del desafío que enfrenta la economía colombiana en este momento crucial.
Es fundamental tener presente que tanto la formación bruta de capital como la formación de capital fijo son elementos clave para el crecimiento económico a largo plazo. Estos indicadores son reflejo de la inversión en infraestructura, tecnología y otros activos que potencian la productividad y la competitividad de la nación. Por consiguiente, su marcado descenso señala un panorama inquietante que demanda atención inmediata y la implementación de medidas estratégicas para revertir esta tendencia y fomentar un crecimiento robusto y sostenible en el porvenir.
La formación bruta de capital y la formación de capital fijo son factores complejos que están influenciados por una variedad de componentes determinantes. Además de los aspectos convencionales como las tasas de interés, el acceso al crédito, la estabilidad económica y política, y las políticas gubernamentales, la confianza empresarial desempeña un papel crucial en la toma de decisiones de inversión. La teoría de los ‘Animal Spirits’ de Keynes proporciona una perspectiva interesante sobre este fenómeno. Según esta teoría, los empresarios pueden estar motivados para invertir no solo por análisis rigurosos de rentabilidad, sino también por impulsos psicológicos y sociales. En otras palabras, la confianza empresarial puede ser un catalizador poderoso para la inversión, ya que los empresarios pueden sentir un impulso subjetivo para invertir incluso en ausencia de condiciones óptimas en otros aspectos económicos.
Esta confianza puede surgir de percepciones sobre el clima empresarial, las expectativas futuras de la economía o simplemente de la disposición a asumir riesgos calculados. Por lo tanto, comprender y cultivar esta confianza es fundamental para estimular la inversión y fomentar el crecimiento económico. En este sentido, las políticas gubernamentales y las acciones de los líderes empresariales pueden desempeñar un papel importante en la creación de un entorno propicio que nutra la confianza empresarial y promueva la inversión a largo plazo.
En este contexto, surge una interrogante crucial para Colombia: ¿Disponemos de los espacios y condiciones necesarias para impulsar la formación bruta de capital y el capital fijo, como una vía para superar el estancamiento económico? Lamentablemente, los indicios sugieren lo contrario
Por un lado, es evidente que la autoridad monetaria del país, representada por el Banco de la República, desempeña un papel fundamental en la creación de condiciones para el acceso al crédito mediante la fijación de la tasa de interés de política monetaria. Sin embargo, desde septiembre de 2022, se ha observado que esta entidad ha obstaculizado el impulso de la formación bruta de capital y el capital fijo al mantener su tasa de interés en niveles elevados. El Banco de la República parece estar anclado en una visión ortodoxa que atribuye el problema de la inflación principalmente a factores de demanda, descuidando otros aspectos importantes como la asimetría entre el precio natural y el precio de mercado, así como la influencia de la inflación inercial. Esta perspectiva estrecha limita las posibilidades de implementar una política monetaria más dinámica y efectiva, lo que a su vez restringe el acceso al crédito y desalienta la inversión en activos productivos.
Por otro lado, la pérdida de confianza necesaria para fomentar la inversión se ve considerablemente amenazada por las acciones y declaraciones reiteradas del presidente Petro. Aunque la teoría de los ‘Animal Spirits’ de Keynes sostiene que la confianza es crucial para impulsar la economía, las políticas y la retórica del presidente parecen socavar este principio fundamental de manera alarmante. Acciones, como el retiro de figuras prominentes del gobierno como José Antonio Ocampo, Cecilia López de Montaño, Alejandro Gaviria y Jorge Iván González, quienes eran considerados pensadores clave, junto con las acciones poco claras de su administración, han contribuido considerablemente a generar incertidumbre y desconfianza entre los empresarios e inversionistas, exacerbando así el ya desafiante panorama económico del país.
En lugar de inspirar confianza y optimismo, las políticas y pronunciamientos del gobierno actual han sembrado un clima de incertidumbre que obstaculiza los esfuerzos por revitalizar la economía y promover un crecimiento sostenible. Esta falta de coherencia y transparencia en las acciones gubernamentales no solo mina la confianza de los inversionistas, sino que también socava la credibilidad del gobierno para abordar eficazmente los desafíos económicos y crear un entorno propicio para la inversión y el desarrollo. En última instancia, la falta de una dirección clara y consistente por parte del gobierno solo agrava la fragilidad económica y obstaculiza cualquier intento de recuperación significativa.
En definitiva, para impulsar la formación bruta de capital y el capital fijo en Colombia, es crucial una colaboración estrecha y coordinada entre el gobierno y el Banco de la República. El gobierno debe ser claro y coherente con sus mensajes y acciones, manteniendo una comunicación transparente y coherente respaldada por un equipo competente y reflexivo. Mientras tanto, el Banco de la República debe reconsiderar su política monetaria para crear condiciones más favorables para la inversión, lo que incluye la reducción de las tasas de interés y la promoción de un entorno predecible. Estos pasos son fundamentales para fortalecer la confianza empresarial y estimular la inversión privada. De esta manera, medidas implementadas de manera conjunta y sostenible pueden sentar las bases para superar los desafíos económicos y la incertidumbre que enfrenta Colombia en la actualidad.