Banda ancha. Sus retos
La banda ancha es un fenómeno tecnológico que ha transformado masivamente nuestra sociedad. La broadband o banda ancha se genera gracias a la infraestructura digital, que permite transmitir masivas cantidades de datos a alta velocidad a través de diversas tecnologías, como redes inalámbricas o tecnología móvil, fibra óptica (o infraestructura fija) y satélites. Esta infraestructura es vital para el acceso a internet.
La banda ancha facilita el acceso a una gran cantidad de datos e información de todo tipo, de todas partes y generada por nuestra sociedad en su conjunto. La banda ancha es, por lo tanto, un fenómeno tecnológico y digital, pero al mismo tiempo, una realidad jurídica, económica y social, con un impacto directo en la estructura de nuestra sociedad.
Las tecnologías digitales de frontera derivadas de la banda ancha se expresan compulsivamente gracias a 5G. Un ejemplo es la inteligencia artificial y el avance demoledor de la tecnología de los procesadores o semiconductores que nos conducen a una sociedad determinada por su capacidad de cómputo. Pocos se dan cuenta de la poderosa relación computo - inteligencia artificial.
Inclusión digital. El derecho de acceso a internet, servicios de telecomunicaciones y tecnologías de la información y la comunicación son un derecho humano, un derecho fundamental. Quien no está conectado es un marginado digital y se le conculcan sus derechos fundamentales.
Aumento de la productividad y el desarrollo económico. Más conectividad, mejores redes e infraestructura digital más robusta y poderosa es igual a automatizar procesos, mejorar la industria, el comercio, mejorar la colaboración y acceder a nuevos mercados globales. Es decir, aumentar la productividad y la eficiencia de la economía y de la sociedad en su conjunto.
Innovación y desarrollo económico. Más conectividad y redes más robustas es igual a mayor innovación y a facilitar la creación de nuevos productos y servicios digitales; mayor crecimiento económico y la competitividad en el mercado global.
Bienestar digital. Estar conectado habilita en red la educación, salud, acceso a la cultura, acceso a la justicia en línea, seguridad pública y derecho a la movilidad en plataformas de movilidad.
¿Dónde estamos en América Latina? Según el Informe de Movilidad de Ericsson, “se prevé que las suscripciones móviles 5G alcancen casi 5.600 millones en 2029. Se espera que la tecnología 5G se convierta en la tecnología de acceso móvil dominante por suscripción antes de finales de 2029”.
Según la Ocde, en la estadística de número de usuarios por cada 100 habitantes en Iberoamérica, España está en el lugar 18, Chile en el 35, Costa Rica 36, México 37 y Colombia 38, muy lejos de lugares razonables.
Por otra parte, en el Índice Global de Speedtest, que analiza las velocidades de descarga promedio (velocidad de las redes), los datos son dramáticos por su asimetría: en banda ancha móvil, Brasil lidera América Latina, sin duda por su decisión de 5G standalone. Pero en banda ancha fija, Chile lidera en cuarto lugar mundial, España en 11, Brasil 24, Uruguay 26, Colombia 35, Argentina 62 y México 75.
No hay inteligencia artificial, ni sociedad digital, ni desarrollo económico con desconectados y malas redes de infraestructura digital.
Es momento de visionaria política digital y regulación digital de frontera.