Elecciones en EE.UU. y geopolítica digital
jueves, 25 de julio de 2024
Jorge Fernando Negrete P.
La geopolítica digital es una disciplina que sólo tiene antecedente en la geopolítica económica de la Revolución Industrial. Intereses económicos en sectores como el farmacéutico, manufactura, automovilístico y alimentario crearon bloques económicos con distintos propósitos: proteccionistas o economías integradas. El bloque económico de Norteamérica, Mercosur y el Mercado Europeo son algunos de estos ejemplos. Sin embargo, el nacimiento de una sociedad digital consolidó tres visiones para producir, distribuir, consumir bienes y servicios digitales: Europa, EE.UU. y China.
Europa tiene dinero público en redes de telecomunicaciones, data centers, centros de innovación y digitalización de su sociedad. Europa no es líder digital y señala que la innovación china y de Estados Unidos sea regulada bajo los valores democráticos y jurídicos occidentales, es decir, europeos. EE.UU. le apuesta al mercado y China al capitalismo de Estado. El mundo observa.
JD Vance, el candidato a vicepresidente de EE.UU., no sólo es la estrella y objeto de su libro y película en Netflix, es un empresario asociado a algunos de los más importantes financieros de la tecnología digital: Steve Case (AOL-Time Warner y creador de conceptos como economía colaborativa), Marc Andreessen (creador de Netscape y promotor del comercio electrónico), Eric Schmidt (exdirector de Google), Peter Thiel (PayPal junto con Musk y promotor de Facebook, también autor del concepto “una startup debe ser capaz de capturar valor y convertirse en un monopolio”).
Trump señaló a Taiwán que debe pagar por su protección ante China y tiró las acciones de las empresas de procesadores, tiene un discurso agresivo en contra de las empresas tecnológicas, Vance incidiría en un apoyo superior y confianza en el mercado como promotor digital.
Biden ha apoyado el desarrollo tecnológico, aunque para algunos es aún conservador. Publicó una Estrategia Nacional de Espectro, que identifica el doble del espectro actual. ¿El objetivo?: inteligencia artificial (IA). Lanzó su programa de internet con la finalidad de llegar a los últimos 20 millones de desconectados y presentó la Chip Act. Biden no quiere que EE.UU. pierda liderazgo y desde el Estado apoya la investigación en procesadores de cómputo, con una fuerza no vista desde que EE.UU. apoyó la llegada del hombre a la Luna.
Biden realizó reuniones con los líderes de la IA de EE.UU. y presentó tres documentos estratégicos: el Plan Estratégico de Investigación y Desarrollo de la IA, la Declaración de Derechos en materia de IA y la Orden Ejecutiva que ordena a las agencias federales eliminar el sesgo en el diseño y uso de la IA. Este proyecto lo lidera Kamala Harris.
Organismos internacionales como la Unesco, la Onudi, la Alianza Europea de IA, la Alianza Global sobre la IA, el G7 y el grupo denominado de Hiroshima, han llamado a la adopción de un estándar técnico internacional sobre el uso de sistemas de IA, de acuerdo con valores democráticos compartidos, transparencia y seguridad. Bajo la presidencia en turno del Consejo de la UE, España cerró el reglamento europeo de uso de la IA.
Vance y Biden creen en el liderazgo de la tecnología digital norteamericana. En el fondo y para el mundo, son lo mismo, aunque ahora sabemos que, de ganar Trump, presionará la geopolítica económica y Vance, incentivará su activismo digital, incorporando más presión a la geopolítica digital global.