La XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), termina en Madrid, bajo la presidencia de Chile, que finalmente declinó a su organización por razones de la protesta social de las últimas semanas. Esta importante reunión multilateral también cobijó a la XV reunión de las partes del Protocolo de Kioto (CMP15) y a la segunda reunión de las partes del Acuerdo de París (CMA2). EE.UU., bajo el liderazgo de Barack Obama, logró un consenso mundial sin precedentes, pero la verdad con el cambio de gobierno, las cosas se desviaron y ahora estamos lejos de ese camino.
El actual gobierno de EE.UU., por un capricho que traía Trump desde campaña, anunció en 2017 su retiro del Acuerdo de París. Trump cambió radicalmente el avance del equipo diplomático de Obama, quien lideró ese difícil proceso de negociación entre múltiples interesados. Con el retiro de uno de los grandes contaminantes que tiene el planeta, se comenzó a vislumbrar el pesimismo que en esta negociación de la COP25 resultó evidente. Los negociadores de diferentes naciones comentan en las extensas jornadas lo inconveniente que resultó esa decisión arbitraria. La teoría era que el próximo año comenzaría el objetivo común de 195 países comprometidos a trabajar en conjunto con el primer acuerdo vinculante mundial sobre el clima. La ruta establecía un plan de acción con el objetivo agresivo pero muy necesario de llegar al límite del calentamiento global por debajo de 2ºC (con respecto a la temperatura promedio anterior a la revolución industrial). El acuerdo incluso fijó un límite de ese aumento a 1,5°C, con el fin de reducir el impacto del cambio climático en el largo plazo.
En 2015 en París, recordemos que uno de los países que puso muchas trabas en el proceso fue India. Hace dos años, el primer ministro indio, Narendra Modi, se comprometió a “ir más lejos” que el Acuerdo de París luego de una reunión con el actual mandatario de Francia, Emmanuel Macron. Modi dijo que el compromiso es “la herencia compartida del mundo”. En la COP25, India nuevamente ratificó su intención, y salvo EE.UU., el resto de naciones en la Conferencia de Madrid expusieron ejemplos dramáticos de lo que está sucediendo y algunos llevaron planes focalizados para intentar lograr acercarse al objetivo trazado inicialmente. Todo el esfuerzo se ve insuficiente si EE.UU., un gran productor mundial, continúa sin límite el excesivo uso de varios combustibles.
Este año es uno de los tres años más calientes de la historia y la década que finaliza el año entrante es la de temperatura promedio más alta en varios siglos. La alarma nos debe poner a todos a buscar soluciones. Educación, mejor uso de recursos, reorganización de la matriz energética y replanteamiento de lo que consumimos. Nada es de menor importancia. Todas las actividades suman en el esfuerzo común que tenemos como seres humanos. La llegada de la cuarta revolución industrial y la economía digital suponen un reto monumental.
No nos olvidemos que almacenar, administrar, correr soluciones y aplicaciones en Internet y en la nube, también son formas de consumir mayores niveles de energía eléctrica. Los discos en los gigantescos centros de datos de las grandes corporaciones consumen no sólo espacio físico sino que hay que mantenerlos prendidos 24 x 7. Debemos buscar promediar la temperatura a la baja decididamente por que la conclusión del COP25 es que el tema se calentó.