En el más reciente reporte publicado por el Dane se muestra que el país tuvo un crecimiento económico del primer trimestre de 2024 cercano apenas a 0,7%. Seis de los doce sectores de la economía se ubicaron en terreno negativo. Eliminando el efecto de pandemia de 2020 y la reactivación que comenzó en 2021, si se compara con años anteriores en condiciones normales, los resultados del primer trimestre son alarmantes. Los dos subsectores más golpeados son los de servicios financieros y seguros cayendo 3% junto a la industria manufacturera que disminuyó 5,9%.
El Banco de la República sigue recibiendo sugerencias del gobierno y, en general del mercado, para que se mantenga la tendencia de reducción de tasas de interés. El Banco ha insistido en varios pronunciamientos que continuará haciéndolo de manera gradual, siempre y cuando, se mantengan controlados los niveles de inflación. Hay que acotar que la reducción de tasas es apenas una variable que afecta el crecimiento económico. Los comerciantes y productores del sector real de nuestro país necesitan otras decisiones, estímulos y medidas para poder generar un verdadero crecimiento económico sostenido.
Los pronunciamientos de los diferentes gremios son delicados. Comerciantes, agricultores, transportadores y pequeños empresarios coinciden en la existencia de un ambiente de incertidumbre para el desarrollo normal de los negocios. Hay desconfianza desde el inversionista hasta el consumidor final. El aparato económico se encuentra ensombrecido con un espeso manto de duda. Los miembros del gobierno deben dejar a un lado la actitud a la defensiva y aceptar que las cosas van mal. Necesitamos que el aparato económico no se frene.
William Molina, consejero de Juventudes de Santander, se convirtió en protagonista al resumir el sentimiento generalizado que tiene la población frente al gobierno. Molina expresó en un encuentro de Petro con estudiantes: “Estamos cansados de que venga con discursos y no con soluciones. Nos hemos mantenido en un discurso populista, no podemos seguir en lo mismo”. Ese tipo de críticas son un duro campanazo de alerta. En diferentes escenarios se podrían repetir este tipo de confrontaciones directas. La gente está cansada de la trinadera y de la poca acción. Hay jornadas enteras dedicadas por el presidente en sus redes sociales al tema de Israel, las fallidas negociaciones de paz y respuestas puntuales a algunos seguidores digitales. Alguien lo tiene que sacar de ese universo virtual en el que vive y aterrizar en la realidad.
Los empresarios se encuentran en un lento proceso de desaceleración del cual va a ser muy doloroso y costoso recuperarse. Algunas compañías no van a sobrevivir este bache. Las empresas que logren pasar quedarán golpeadas con menos ventas, menos inversión y un mercado frenado. Se requiere de manera urgente un plan de choque que incluya medidas para prender las máquinas y arrancar de nuevo. Tenemos que crecer como sea. El problema es que el gobierno decidió abiertamente comenzar la campaña dos años antes de las elecciones. Si la campaña busca alternativas para el crecimiento económico vaya y venga, pero los veo haciendo campaña por hacer campaña. Eso es lo que saben hacer porque aquello de gobernar lo abandonaron hace rato.