El escritor checo Franz Kafka, muy conocido por su novela “La Metamorfosis”, dejó antes de morir un texto incompleto que luego fue publicado en contra de las instrucciones del autor, quien había solicitado quemar todos sus manuscritos que fueran encontrados. Se trata de su novela “El Castillo”, protagonizada por un personaje a quien simplemente denomina el señor “K”. Este individuo sufre durante toda la novela, una serie de situaciones y obstáculos que le impiden llegar al castillo de la ciudad, donde están los gobernantes y miembros del estado que lo han contratado para trabajar en temas de topografía, que resulta ser su especialidad. El señor “K” busca por todas las formas de manera desesperada ingresar al castillo para conocer a quien lo ha contratado y ajustar algunos términos y condiciones de su contrato.
La infraestructura y organización interna del castillo es en realidad una monstruosa y desesperante maquinaria burocrática a la que es casi imposible acceder. En muchos pasajes del libro, “K” parece estar cerca de lograr ingresar, pero siempre termina enredado entre comunicaciones contradictorias e instrucciones arbitrarias de funcionarios medios. Los críticos literarios coinciden que esta obra refleja elementos presentes en toda sociedad que tiene algo de burocracia y que termina frustrando a los ciudadanos. El miércoles pasado vivió Perú una crisis institucional aterradora de un día. Imposible no retomar en la mente la novela de Kafka, sobre todo cuando el protagonista del vecino país justamente es un Castillo.
El anuncio de cierre de congreso y de gobernar por decreto mientras se convocaban nuevas elecciones desató un limbo que se resolvió en cuestión de horas. La fuerza pública, policía y militares decidieron, al igual que congresistas y miembros de la rama judicial, desacatar la inverosímil propuesta de Castillo. Todo el mundo pateó el tablero para poder mantener el tablero. Los congresistas votaron lo que ellos llaman la vacancia, la fuerza pública arrestó a Castillo y hasta algunos ciudadanos sacaron sus vehículos a las calles de Lima para bloquear el posible ingreso del mandatario a la Embajada de México. Se pensaba que iba a pedir asilo político donde su amigo López Obrador. Castillo proponía de facto una dictadura. El país entero reaccionó y hoy tienen a Dina Boluarte la primera mujer como presidente temporal. Perú completa después de Pedro Pablo Kuczynski un total de cinco presidentes en los últimos cuatro años. Ya se desataron consecuencias políticas inmediatas en la región. México suspendió la Cumbre de la Alianza del Pacífico, que en esta edición se iba a celebrar en Perú desde el próximo 14 de diciembre. Recordemos que la Alianza está conformada por Chile, Colombia, México y Perú. Nuestro país debe observar con mucho cuidado lo que les pasó a nuestros vecinos, pues nadie le garantiza al gobierno de Petro que va a tener buenas relaciones con el congreso y la rama judicial de por vida. Esa luna de miel puede acabar pronto. Yo diría que nuestras instituciones tienen un amplio nivel de burocracia y confusión. Algo similar a lo que plantea la novela de Kafka. Nadie quiere que le pase lo del señor “K”. Acaba de suceder a Castillo a pocos kilómetros de nosotros. No queremos esa novela por estos lados.