El artista panameño Rodney Sebastián Clark Donald, alias “El Chombo”, popularizó a finales de los años 90 su éxito “El Gato Volador”. La canción pertenece al género dembow, ritmo de República Dominicana con influencias de rap, reggae y merengue. Esta semana volvió a mi mente “El Gato Volador” gracias al cantinflesco evento del hijo de “La Gata”, Jorge Luis Alfonso López. En pocas horas el gobierno nuevamente quedó en evidencia. Reina el desorden, la falta de planeación y ya es grosera la improvisación en las comunicaciones.
Una cosa dice el Alto Comisionado para la Paz, otra el Ministro del Interior, muy diferente lo que opina el Ministro de Justicia y como si fuera poco otra versión hay del director actual del Inpec. El abogado de López aprovechó el desgobierno para solicitar libertad y obviamente un juez, que por coincidencia es de apellido Petro, se la otorgó. Luego vino el incendio que se intentó apagar con gasolina. Mentiras tapando otras mentiras. Ni en los textos de García Márquez encuentra uno tanto realismo mágico.
En la resolución 075 del 22 diciembre de 2022, firmada por el alto comisionado para la Paz, Iván Danilo Rueda, se autoriza a Jorge Luis Alfonso López para ser “facilitador” de paz, con el fin de “verificar la voluntad real de paz y reinserción a la vida civil, así como la voluntad real de sometimiento a la justicia de los grupos armados organizados”.
Nadie se cree el cuento de que lo iba a hacer por teléfono y quedó demostrado que lo querían enviar a los territorios donde hay grupos ilegales a negociar quién sabe qué términos y condiciones. Solo es casualidad que intentaron soltar a López justo cuando comienzan las candidaturas para las elecciones de alcaldes y gobernadores del próximo octubre.
López está condenado a 29 años de cárcel por homicidio agravado y concierto para delinquir. Desde octubre de 2021, López tenía el beneficio de detención domiciliaria, situación que obtuvo gracias a la clásica fórmula de presentarse como enfermo que sufría supuestamente de patologías graves. El Ministerio de Justicia del gobierno anterior pidió investigar al juez que otorgó dicha domiciliaria.
El mismo modus operandi de su madre alias “La Gata” que jamás en su vida ha permanecido recluida por largos períodos en alguna cárcel. Siempre estuvo en domiciliarias por enfermedades misteriosas. Cuando este “Gato Volador” estuvo efectivamente recluido en prisión le encontraron elementos no permitidos y algunos lujos en la celda. Estos hallazgos sacaron de su cargo al director de esa época de la cárcel de mediana seguridad de Sabanalarga en Atlántico.
La palabra “paz”, desdibujada, al parecer podría convertirse en un cheque en blanco para narcotraficantes, bandas criminales, clanes y otros grupos mafiosos. Parece que el gobierno no consulta expertos legales, ni jueces o magistrados. Ni siquiera se consulta a sí mismo. Hay tanto desorden en las comunicaciones, como se ha venido señalando por diferentes medios en los últimos meses, que uno ya no sabe si están haciendo anuncios en redes sociales, para luego desmentirse o ratificarse de acuerdo con las métricas digitales. Se estaría gobernando de acuerdo con la aceptación que se tiene de los temas en las redes, es decir, un mundo fantasioso que no es la realidad.