Hace unos días se llevó a cabo el Foro LR ‘Oportunidades para acabar con la pobreza digital’. El presidente de Tigo, Marcelo Cataldo, expresó abiertamente que ese operador considera el precio del espectro muy alto en Colombia. En el panel de discusión posterior el representante del gobierno, el consejero presidencial para la Transformación Digital, Saul Kattan, explicó que se vienen trabajando iniciativas con los operadores para encontrar puntos en común y así dar inicio al proceso de subasta de espectro 5G. Kattan, como expresidente de ETB y conocedor del sector, al menos ha comenzado los diálogos dentro de la industria de manera constructiva.
Las realidades financieras de los operadores son bien diversas. Esta coyuntura hace inevitable que el gobierno explore el terreno del uso compartido del espectro, así como el de la infraestructura. A mi juicio, y tal como lo expresó Kattan al respecto, el uso de la infraestructura y del espectro de manera compartida es algo que se va a normalizar en el largo plazo. Si Colombia quiere llegar a una cobertura significativa de Internet de banda ancha, va a tener que reformular las estrategias de siempre para atraer inversión. En teoría durante el segundo semestre de 2023 comenzará formalmente el proceso de adjudicación. Si tenemos en cuenta los dos procesos anteriores (bandas bajas y 4G) la disputa entre compañías no es de talla menor. De aquellos accidentados y dolorosos procesos para MinTIC, no solo queda la experiencia adquirida.
En esta ocasión la presión de la devaluación es un verdadero reto, ya que la tecnología que se invierte desde los operadores es totalmente inversión en dólares. La gran variable en discusión será sin duda el precio base del espectro, y que indirectamente tiene implicaciones para las renovaciones de las licencias ya otorgadas a los operadores, aunque con fechas de vencimiento diferentes. La ministra TIC Sandra Urrutia explicó en las últimas horas que el precio no se ha definido, y por experiencia propia no se revelará sino unas horas antes de la subasta. Esta vez podríamos tener operadores que inclusive no participen de la subasta por precio.
Un viejo concepto que usan banqueros de inversión a la hora de valorar empresas es que el verdadero poder lo tiene el comprador sobre el precio del activo. Una cosa vale lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella. La cruda realidad es que en múltiples ocasiones el precio de un bien, objeto o producto lo determina la necesidad del que lo va a utilizar, revender o transformar. En muchos escenarios la posibilidad de no comprar hace que el precio disminuya dramáticamente. Un activo puede ser muy bueno y productivo, pero si no aparece un comprador, el precio entonces es cero.
El MinTIC y la ANE pueden tener en sus cuentas un precio, pero tengan la seguridad que los operadores están pensando en otro, lejos de ese. Inclusive al hablar con interesados de la industria hay serias diferencias entre ellos sobre lo que consideran una base razonable. Un camino largo el que comienza a recorrer esta ministra, que debe trabajar 100% de la mano del alto consejero para garantizar que no haya obstáculos insalvables. Están a tiempo de corregir posibles errores y disipar rumores que le meten ruido innecesario al proceso.