¿Privacidad o seguridad? Un nuevo round de esta dualidad que se presenta continuamente en los servicios de tecnología e Internet se vive por estos días en el mundo de las aplicaciones de mensajería instantánea. Desde el próximo 8 de febrero los usuarios de WhatsApp van a tener que entregar más información de la que ya tiene Facebook, el propietario de la plataforma que cambió unilateralmente los términos y condiciones. Desde el anuncio, miles de usuarios en el mundo, que no tienen muy claro que quieren decir estos cambios, han buscado alternativas de comunicación que sean más seguras, dado el historial de mal uso de datos de las empresas de Mark Zuckerberg. En los últimos días, la aplicación Signal alcanzó el primer lugar de las más descargadas tanto en App Store para el sistema operativo IOS como en Google Play para Android. Telegram, que es la otra alternativa, ya venía creciendo hace unos años, pero se disparó en número de descargas esta semana también. De hecho, la empresa tuvo que dar de baja algunas cuentas que estaban empezando a publicar contenidos de odio y raciales, por usuarios que ya no tienen cabida fácil en plataformas como Facebook. Por ejemplo, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, invitó a sus seguidores a informarse de sus mensajes ahora en su nueva cuenta en Telegram. En India, donde WhatsApp tiene cerca de 400 millones de usuarios ayer se presentó una demanda en una corte, donde la empresa es acusada de atentar contra la “seguridad nacional”.
En un comparativo simplificado de las tres plataformas podemos destacar que Signal es la única que no comparte contactos que vienen dentro del teléfono o correo electrónico, como si lo hacen las otras dos, simplemente se enlaza al número telefónico del dispositivo, lo cual a mi juicio hace ya una gran diferencia en privacidad. Telegram vincula a la cuenta los datos de los contactos, pero a diferencia de WhatsApp no se involucra con historiales ni detalles de pagos del usuario. La gran diferencia está en la encriptación de los mensajes y en la posibilidad de controlar a quien se reenvían ciertos contenidos.
Claramente hacia donde va WhatsApp, es a transformarse en una plataforma multiproducto similar al WeChat de los chinos, así que pronto veremos además de las pasarelas y botones de pagos, publicidad y otro tipo de servicios financieros de todo nivel. No creo que el reinado de WhatsApp se desplome tan rápidamente como sus competidores quisieran, pero probablemente veamos a millones de personas en el mundo con al menos dos de las tres plataformas en su teléfono mientras la gente va viendo el nivel de migración. Si eventualmente hay cambios drásticos en temas de privacidad podría ser que en el largo plazo Signal sea la alternativa más escogida. En tecnología los reinados son cortos, la gente migra muy fácilmente cuando ve que la mayoría de su círculo cercano de amigos y familiares se están pasando. No hay reinados eternos, o si no recordemos las épocas no tan antiguas del Pin de BlackBerry o el servicio de mensajería ICQ, casi un monopolio del final del Siglo XX. Hoy ambos hacen parte de los anticuarios de Internet. Lo mismo le podría pasar a WhatsApp si no cuida los temas reputacionales que han golpeado en los últimos años a su propietario Facebook.