La semana pasada expliqué por encima el concepto de Economía Digital. Justo en esos días en Europa se tomó una decisión trascendental en el comienzo de una tensión geopolítica que va a ser el marco de la próxima batalla jurídica y regulatoria de esta nueva economía. La tensión se vive entre las compañías de telecomunicaciones europeas y las compañías digitales estadounidenses. La decisión, tomada por la Corte Suprema de la Unión Europea, invalida un acuerdo firmado en 2000 entre EE.UU. y los europeos, que permitía el almacenamiento y uso de los datos de los usuarios de ciertas páginas de internet. El Tribunal declaró que el documento conocido como “Safe Harbour Framework” no es válido y deja en el limbo a miles de compañías que durante 15 años han transferido datos personales desde Europa a Estados Unidos.
El año pasado, Max Schrems, defensor de La Privacidad de usuarios de Austria hizo un llamado en su país tras ver el caso de Edward Snowden. Recordemos que con Snowden se supo que el gobierno norteamericano adquiría datos de ciudadanos del diferentes continentes, aduciendo la lucha contra el terrorismo. Según Schrems, Facebook estaría apoyando el espionaje de la NSA, por compartir datos de usuarios. Schrems llevó el caso ante el Comisionado de Protección de Datos de Irlanda, donde está localizada la oficina de Facebook para Europa. Los jueces de Dublín desestimaron la preocupación, aduciendo el acuerdo “Safe Harbour Framework”. Sin embargo, el terco austriaco no se detuvo y creó un sitio llamado “Europa vs Facebook”. Luego de ganar miles de seguidores, y convertirse en el héroe para los internautas europeos con legítimas preocupaciones de privacidad, apeló la decisión de Dublín ante el Tribunal Superior de Irlanda. La apelación fue remitida a la Corte Europea de Justicia que dio la razón a Schrems. En conferencia de prensa, el vocero de la Corte, simplificó la discusión a una frase: “La privacidad de los ciudadanos es un bien supremo, Europa no puede olvidar sus principios fundamentales”.
Esta primera victoria jurídica de los europeos, por el derecho a la privacidad, es apenas el movimiento inicial de un gran ajedrez que se está jugando. Las compañías telcos de Europa van detrás de los ingresos de las .com mundiales. Su objetivo es forzar a que gigantes informáticos abran oficinas en cada uno de los estados de la Unión Europea y paguen impuestos localmente. También se quiere restringir el tema del comercio electrónico si no es posible compartir los ingresos que hoy están quedando totalmente en manos de empresas que realmente son norteamericanas.
La pelea va a llegar a Colombia en algún momento. Sin revisar muchos detalles, nuestra Ley de Habeas Data va a ser insuficiente para el alcance global del conflicto. La Corte Constitucional define Habeas Data como “el derecho que otorga la facultad al titular de datos personales de exigir de las administradoras de esos datos el acceso, inclusión, exclusión, corrección, adición, actualización y certificación de los datos, así como la limitación en las posibilidades de su divulgación, publicación o cesión, de conformidad con los principios que regulan el proceso de administración de datos personales. Este derecho tiene una naturaleza autónoma que lo diferencia de otras garantías con las que está en permanente relación, como los derechos a la intimidad y a la información”. Esta última frase es justamente el meollo del asunto. Que un usuario permita a una compañía el uso de sus datos es una nube gris, porque nos toca entrar a definir exactamente cuáles variables hacen parte del concepto “intimidad”. La Dian ya está revisando el alcance para efectos de pagos con tarjetas de crédito de los colombianos en Internet y en próximos días los bancos serán notificados de la necesidad de profundizar este tema. Todo esto muestra la urgente necesidad de avanzar en la Gobernanza de Internet, vienen más batallas, por ejemplo el tema de derechos de autor.