Maleducados
viernes, 21 de junio de 2024
Jorge Hernán Peláez
El único proyecto de ley que tenía acuerdo de todos los partidos políticos, incluyendo las voces de la oposición, terminó hundiéndose en la legislatura que terminó ayer. La iniciativa de educación era una de los pocos resultados que tenía el presente gobierno para mostrar, en un mar de proyectos inviables, no ejecutados y escándalos. La ministra de educación Aurora Vergara (que tiene los días contados en el cargo) perdió de un plumazo todas las horas de reuniones y de concertación. El enfrentamiento con el que amenazó la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fecode, finalmente terminó por tumbar la reforma. El poderoso gremio de profesores se hizo sentir, irónicamente, contra un gobierno que apoyó desde lo que ellos llaman el “estallido social” de 2021. Ayudaron a elegir a Petro, lo apoyaron, y luego en la reforma de su sector se volvieron el palo en la rueda.
El propio gobierno le dio de baja en las últimas jornadas a una iniciativa que traía unos cambios buenos e importantes al sistema educativo nacional. Algunas voces autorizadas habían señalado que también traía micos importantes. Uno de los elementos graves era que se abría la puerta para que luego, en la reglamentación, se estableciera una nueva política de elección de rectores en las universidades públicas. Esto eventualmente se podría asemejar a los procesos de elecciones de alcaldes que tenemos actualmente. El gobierno quería ampliar lo que hizo con la elección del rector de la Universidad Nacional a todas las demás, y quien sabe si también con las universidades privadas.
Una de las grandes molestias de los profesores con el gobierno no tiene ni siquiera que ver con la reforma a la educación. El malestar viene relacionado con la degradación de la prestación de los servicios de salud. Irónicamente, por tener un régimen especial, quedaron todos los profesores encapsulados en unas condiciones que hoy son peores que las de la población normal. Debemos recordar que la Fiduprevisora es la encargada de la administración y de la contratación de todos los servicios de salud para docentes. Por su parte el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio, Fomag, tiene a su cargo la responsabilidad de financiar los recursos que requiere el sistema. Con esos recursos se deben tramitar todas las afiliaciones, prestaciones económicas y administración en general del servicio de salud. Los problemas administrativos de Fomag y Fiduprevisora que se han vuelto evidentes durante todo este semestre tienen a algunos profesores sin poder recibir sus tratamientos adecuadamente.
Otro de los puntos de “honor” de Fecode es la evaluación de los docentes. Es inadmisible que no se quieran dejar revisar calidades académicas. Hay miles de profesores en el país, de colegios y universidades que no están de acuerdo con esta posición fundamentalista. Un tema delicado es que la reforma debilita a los colegios y universidades privadas, que hoy se encargan de una gran proporción de los estudiantes de Colombia. El gobierno radicará en la siguiente legislatura, probablemente liderando el tema con otro tipo de proceso de concertación. Que el miedo a las protestas de Fecode no vuelva a tumbar algo en donde todos los partidos políticos tenían un acuerdo. No sean maleducados.