En este mismo espacio explicaba hace algunas semanas como la instrucción que tienen los funcionarios del gobierno era la de evitar expresar la palabra “secuestro”. Un viejo truco idiomático de terroristas, guerrilleros y grupos armados ilegales para intentar señalar las cosas como no lo son. Les encanta la palabra “retención” y en su lógica demencial, si es que se le puede decir así, pretenden que toda la sociedad acepte cualquier cosa y a cualquier precio. La realidad es que la guerrilla no quiere ni desmovilizarse, ni llegar a acuerdos con el aparato de justicia. No van a dejar el negocio del narcotráfico, ni el secuestro, extorsiones o vacunas. Lo único que van a hacer es fortalecerse militarmente. Colombia ya vivió esa experiencia durante el fallido despeje del Caguán. Con semejante esperpento es increíble que sigan existiendo incautos romantizando ideas guerrilleras. Caen tontamente en su discurso. La otra opción es que algunos políticos tengan intereses en el negocio de las guerrillas y bandas ilegales.
Según Indepaz durante 2023 el cese al fuego decretado por el gobierno con cuatro grupos armados se incumplió al menos sesenta veces. Ahora que se firmó un curioso decreto para un nuevo cese el fuego con la guerrilla de las tres letras se olvida convenientemente para ellos, que en gran parte del territorio nacional el orden público esta despelotado por cuenta del Clan del Golfo. Toda esta improvisación y decisiones reactivas con bandazos y pronunciamientos no hacen sino dejar en evidencia la ineptitud de nuestros funcionarios. Insisto, la otra hipótesis es que tengan intereses en el negocio de la guerrilla, lo que explicaría fácilmente la pasividad.
Colombia no tiene Ministro de Defensa. Esa es la cruda realidad demostrada por los incidentes de orden público de las recientes jornadas. Hay un funcionario designado, devenga un salario, hace cara de no saber nada y cree que la sociedad va a estar tranquila porque convoca consejos de seguridad que no generan soluciones. El temeroso Velásquez tiene una agenda propia de la cual poco se sabe. Lo que denunciamos anteriormente es que su hijo Víctor Javier Velásquez Gil, es quien está ahora al frente de la organización Corporación Justicia y Democracia que recibe financiación de George Soros, y fue fundada por el hoy ministro. ¿Por qué se reúne de manera sistemática Velásquez Gil con militares y funcionarios en clubes sociales? De ese conflicto de interés pocos medios hablan. Ha llegado el momento de destapar esa agenda oculta.
Está en riesgo la seguridad nacional. El Alto Comisionado para la Paz tampoco sirve mucho. El Presidente los ha mantenido en sus cargos por razones desconocidas. Las elecciones territoriales en ciertas regiones están comprometidas. El temor en la ciudadanía se acrecentó por la incapacidad del gobierno para tomar decisiones. Al estar todo el día pensando en los trinos y videos que van a publicar en redes sociales, se les olvidó que una gran proporción de colombianos no está minuto a minuto en Internet. La realidad desbordó su incapacidad. Misterioso silencio del presidente con respecto a los recientes ataques de la guerrilla. El que calla otorga. Lo que debe hacer es remover a Velásquez para intentar comenzar a enderezar el rumbo.