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Opinión contra posición

Jorge Hernán Peláez

Esta semana el precio de la acción de Ecopetrol volvió a caer de manera significativa. Una gran parte de la explicación viene por una corrección de precios de barril de petróleo a nivel internacional. Resulta que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, recortó de nuevo sus proyecciones de crecimiento de la demanda mundial de crudo para 2024 y 2025. En efecto, es la tercera vez que la Opep revisa a la baja de manera consecutiva los volúmenes de inventario. Los expertos suponen que esa decisión está relacionada con el conflicto entre Israel y Hezbolá. Para Ecopetrol en bolsa la caída durante el último año es, sin duda alguna, más que significativa. En octubre 18 de 2023 el precio de la acción en la bolsa de valores de Colombia era de $2.650 por acción. Esta semana cayó por debajo de $1.800 por acción, una caída cercana al 33% anual.

Simultáneo a este efecto bursátil, la estatal petrolera completó en el mercado financiero la emisión de bonos de deuda pública externa por un valor de US$1.750 millones. La aceptación de los bonos por parte del mercado demuestra que hay inversionistas institucionales que le creen a la estabilidad de la compañía en el largo plazo. El apetito fue evidente. Participaron cerca de 200 inversionistas de Estados Unidos y otros países de Europa, Asia y América Latina. Con estos recursos se busca financiar la recompra total de otros bonos con vencimiento en 2026. Se van a prepagar otras obligaciones que le permitirán a la compañía mejorar sustancialmente su perfil de deuda. Esta reestructuración de pasivos, por supuesto se comenzará a ver reflejado en el precio de la acción en el mediano plazo.

Recordemos que Citi y JP Morgan degradaron la acción de Ecopetrol luego de que se supiera que la compañía desistió del inminente negocio de Crownrock, en el conocido “Proyecto Oslo”. En julio de este año, cuando el negocio parecía estar en firme, una publicación del área de investigaciones del Citi Research recomendaba la compra y proyectaba un aumento de valor en Ecopetrol por este efecto. Hasta ahí todo parece normal. El problema viene por los potenciales conflictos de interés, pues hay quienes señalan que las firmas iban supuestamente a financiar parte del negocio, o eventualmente tomar posición propia como inversionistas de portafolio en Ecopetrol. Esta es una vieja zona gris que existe en todas las bancas de inversión del mundo, cuando los que administran portafolio se “cruzan” con los analistas e investigadores económicos que dan recomendaciones. En Estados Unidos la SEC que es el ente regulador ha sancionado varias veces a traders, analistas y banqueros por no declarar conflictos de interés cuando se intersectan la opinión independiente y la inversión de portafolio. Es posible que abogados de Ecopetrol, tenedores de bonos, o accionistas minoritarios comiencen a indagar sobre los posibles conflictos de interés que no fueron declarados por esos bancos. Si esta situación se llega a materializar estamos hablando de eventuales reclamos que al ser cuantificados se convierten en cifras con muchos dígitos. Es necesario que Citi y JP Morgan expliquen públicamente si iban a participar, o no, de la financiación del proyecto. Esto hubiera cambiado probablemente dichas “opiniones”.

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