Recientemente varias empresas de servicios públicos domiciliarios han hecho llegar documentación suficiente al Gobierno Nacional que evidencia una problemática alrededor de un costoso y escaso recurso natural: el cobre. La ilegalidad, el manejo no muy claro en el mercado y el robo de material, vienen afectando las operaciones de dichas empresas que continuamente ven daños en sus redes.
El cobre es utilizado en conductores, armarios, transformadores, válvulas, medidores, registros, alcantarillas, tapas y canecas metálicas de empresas de telecomunicaciones, acueducto, aseo, energía y gas natural. Hay una mafia, conocida como "cartel rojo", que roba cobre y lo convierten en chatarra que después exportan aprovechando los elevados precios del metal a nivel internacional. Nadie ha podido explicar cómo ante las autoridades aparecen estos "exportadores" mientras el mercado conoce que Colombia no es un país productor de cobre.
El "cartel rojo" incurre no sólo en el delito sino que expone las vidas de personas de bajos recursos que trabajan "pelando cable" para poder encontrar el escaso y valorado recurso. Estas personas, al intentar robar el cobre, reciben descargas de alta y media tensión que afectan el sistema cardiaco y renal, y en algunos casos sus extremidades deben ser amputadas.
Se han registrado en diferentes ciudades más de 50 casos de personas que mueren electrocutadas durante este proceso y recurrentemente, por falta de prestación de servicio, hay afectación a miles de usuarios. El caso más dramático ocurrió en un hospital de Barranquilla, por el robo de un ducto de cobre que lleva oxigeno a una unidad de neonatos, se puso en alto riesgo la vida de los recién nacidos.
Cifras de la Dian indican que 90% de este metal es exportado, principalmente hacia China, India y Brasil. Para el cuatrienio 2011 - 2014 únicamente las empresas de telecomunicaciones calculan que incurrirían en costos superiores a $260.000 millones para reponer la infraestructura robada. Según el gremio Andesco, las exportaciones de cobre en el último período ascendieron a 37,650 toneladas. Quince empresas figuran como exportadoras y cuatro de ellas exportaron 80% del total. Las exportaciones de los demás desperdicios y desechos de cobre ascendieron a 12,877 toneladas. A nadie le cuadra que todas esas toneladas aparezcan listas para exportar en un país y un mercado que no produce. A punta de reciclaje y chatarra legal no se crea tanto valor.
Recientemente el viceministro de Comercio, Gabriel Duque, en conjunto con el alto consejero para la Seguridad, "Kiko" Lloreda, realizaron un comité Triple A (Asuntos Arancelarios y Aduaneros) con las empresas afectadas. La molestia en dicho comité fue evidente pues no hay claridad en las cifras ni la cadena de lo que el Viceministro llamó "la trazabilidad" del producto.
Mejor dicho, no es claro dónde y quién roba, y luego quién compra para exportar. Las cifras del Ministerio de Comercio, Analdex y Fedemetal no coincidieron con las evidencias presentadas y la cara desencajada del Viceministro resumió la imposibilidad del Estado para actuar sobre esta anomalía.
El regulador de las redes, la CRC, propuso la creación de un registro de vendedores de cobre y chatarra, así como la obligatoriedad de realizar pagos mediante cheque. Luego la Dian haría inspecciones y visitas a los centros de acopio y en los puntos de embarque para identificar los posibles ilegales en este jugoso mercado. El camino hacia la legalidad es largo y mientras tanto en las calles algunos indigentes siguen pelando cables, arriesgando su vida para ganarse unos pesos.
Ñapa: pronto se conocerá públicamente un video de una animada fiesta donde Dorlan Pabón, Macnelly Torres y otros jugadores del Atlético Nacional celebran ruidosamente y con altas dosis de licor. La Organización Ardila Lulle invirtió más de $18.000 millones en contrataciones en 2012 y el equipo está eliminado de Copa Libertadores y Liga Postobón. Si el nuevo técnico Osorio no impone la disciplina necesaria, este seguirá siendo un fallido negocio deportivo.