Analistas 07/10/2022

Tributaria exprés

La ponencia definitiva que radicó el Gobierno de la reforma tributaria en comisiones terceras inicialmente trae algunos cambios importantes con respecto a lo que se venía socializando. El primer gran golpe es la cifra total, ya que tanto se insistió en que el valor era de $25,9 billones, para llegar a un banderazo de solo $22 billones. Lo más seguro es que esa tampoco sea la cifra definitiva, pues los congresistas se dieron cuenta que el ministro Ocampo metió $10 billones adicionales en el presupuesto general de la nación 2023, a modo de acolchonar el posible bajonazo legislativo. La apuesta segura es que, de aprobarse, estemos rondando una cifra inferior a $20 billones.

Tenemos un impacto marginal sobre bebidas azucaradas. El impuesto será gradual desde 2023 hasta 2025. Bebidas con menos de 6 gramos de azúcar por cada 100 mililitros no pagarán hasta 2025. Bebidas con 6 gramos o más de azúcar por cada 100 mililitros pagarán $18 y $ 28 en 2023 y 2024 respectivamente. Las bebidas más dulces, con 10 gramos o más por cada 100 mililitros, pagarán $35 y $55 en 2023 y 2024 respectivamente. Estas cifras fueron ajustadas a la baja, pues el primer borrador tenía menos gradualidad.Después de 2025 la tabla se modifica y todas las bebidas azucaradas pagan el impuesto. Se calcula que para los tenderos y distribuidores esto supone un aumento de entre 10% y 14% del precio. Para el consumidor final el golpe llega directo al bolsillo, es decir subirá más la inflación, salvo que la gente se dedique a tomar agua o café. En otros países el experimento de poner impuestos a estas categorías disminuye el consumo únicamente en el corto plazo. A mediano plazo la gente se olvida del tema y mantiene los niveles normales de consumo.

Se habían comprometido a no tocar salarios de menos de $10 millones de pesos mensuales y así quedó. Hay algunas modificaciones a exenciones y a ciertas deducciones. Dividendos es un tema fuerte, pero afecta a una minoría. El impuesto al Patrimonio queda permanente para capitales superiores a $3.000 millones, pero los porcentajes fueron reducidos. Lo de cárcel para evasores jamás pasará en el Congreso, hay demasiados parlamentarios con rabo de paja sobre ese ítem. Me parece bien que hayan separado las tarifas de ganancia ocasional para herencias de las loterías o apuestas deportivas.

La industria extractiva es la más golpeada pues ahora habrá prohibición de deducir regalías del impuesto de renta. La tesis es que las regalías contabilizadas como gasto de producción corresponden al pago por el uso de un activo del Estado. Metieron una contribución que debe hacer el sector minero-energético de forma extraordinaria. Cuando los precios de los bienes se encuentren por encima de determinado umbral, tendrán un impuesto de 10%. El umbral está por determinar, pero seguro será una discusión diabólica, pues esto hace inviable la operación para ciertas compañías en el país.

El trámite apenas comenzó ayer y ya se oyen decenas de proposiciones inviables. Como en todo proyecto de estos el juego del día a día hace parte del mecanismo para dilatar, entorpecer y desgastar a los rivales. Esperen una cascada de impedimentos y ausencias de última hora. Algo que ya es normal en nuestro tristemente célebre Congreso.

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