Los actores, productores y creadores de contenido en Colombia vienen uniéndose alrededor de una propuesta regulatoria que probablemente será presentada en la siguiente legislatura. El grupo de actores viene pidiendo a los canales de televisión, cableoperadoras y plataformas de streaming que haya una remuneración, tal como existe en otros países, por el trabajo realizado en las producciones que son emitidas en los diferentes sistemas de entretenimiento.
Actualmente la Organización Sayco Acinpro cobra una tarifa con la que se remunera a los compositores, músicos, intérpretes y productores de piezas sonoras. Las emisoras de radio, los canales de televisión abiertos y cerrados, los operadores de televisión por suscripción, restaurantes, peluquerías, y en general comercios que utilicen la música como herramienta para ambientar las experiencias de sus clientes, están obligados hace varios años a pagar esta tarifa. Los actores han copiado las iniciativas que han visto en otros países y buscan que en Colombia la industria de la televisión reconozca el trabajo histriónico, y que la explotación de la imagen de los artistas sea compartida por ambas partes, quien la produce y quien la emite.
Es una discusión jurídica de alto nivel, pues los productores que realizan novelas, series, películas y otras piezas audiovisuales pueden aducir que esa remuneración a los actores ya está pagada en los honorarios causados por la empresa encargada. Eso es cierto, pero los actores van por el mercado de las repeticiones que no es de un tamaño menor, especialmente si se tiene en cuenta el escenario internacional.
En la actual campaña presidencial, desde el Pacto Histórico han lanzado una propuesta que va en la línea de pensamiento e intenciones de los actores. Los demás movimientos políticos no se han pronunciado al respecto.
No es gratuito que varias actrices, por ejemplo, hayan hecho publicaciones en sus cuentas personales de redes sociales promoviendo desde hace meses, la candidatura del Pacto Histórico. No hay que desconocer que hay otros actores y actrices que no están apoyando ese movimiento, pero se encuentran haciendo campaña por los candidatos Gutiérrez o Fajardo.
Lo ideal es que la solución a la que se llegue sea producto de un consenso entre actores, canales, productoras, cableoperadoras, plataformas y demás interesados, para lo cual el Congreso y el Gobierno, deben liderar espacios de conversación. Es ampliamente conocido que cuando los proyectos llegan a las comisiones del legislativo como producto de consensos, logran salir adelante más fácilmente que cuando son ideas unilaterales con tarifas o condiciones impuestas por una de las partes interesadas.
Las tarifas y valores aún están lejos de ser aterrizadas, pero al menos ya hay voluntad por parte de algunas empresas de televisión por suscripción de sentarse a negociar un acuerdo, con términos y condiciones creíbles y viables. Las empresas que ya vieron el problema, prefieren negociar ahora, que sentarse a esperar a que los actores las demanden por cifras multimillonarias y muy posiblemente impagables. Creo que todos en el ecosistema van a preferir algún tipo de acuerdo rápido y no un pleito judicial que demoraría años. Esta es una escena de la película que nadie ha visto.