El próximo domingo en el desarrollo de las votaciones de la primera vuelta de elección presidencial, un número significativo de ciudadanos llegarán indecisos a las urnas a depositar su voto. Aunque hay millones que ya tienen su candidato definido desde antes, la mayoría de encuestas así lo presentan, hay una cantidad de gente que llegan indecisa al momento de tachar el tarjetón. Otro grupo, como históricamente ha sucedido, cambia su voto a última hora. Algunos candidatos han usado este fenómeno para intentar capturar al votante indeciso, al de cambios de última hora, y porque no, aquel que cambia de candidato de un día para otro.
Las encuestadoras entregan una foto, una guía, pero tienen sus márgenes de error que a veces son significativos. En 2000 la contienda por la Alcaldía de Bogotá que fue bien cerrada es un claro ejemplo del tema. Antanas Mockus era superado por María Emma Mejía en las encuestas al principio, luego algunas hablaron de empate técnico, y al final dieron como ganador a Mockus unos días antes de la elección.
Napoleón Franco mostró una victoria de Mockus por 36% frente a un 34,7% de Mejía. Centro Nacional de Consultoría presentó un comportamiento similar: 36% para Mockus y 34% para Mejía. Ambas empresas hablaron de empate técnico. Yankelovich Acevedo y Asociados decía que Antanas Mockus ganaría con 42,6% y María Emma Mejía tendría 30,1%, e Invamer Gallup proyectó 40% para Mockus y 30% para Mejía.
La votación definitiva arrojó 34,7% para Mejía y Mockus ganó con 43,7%. Los expertos dicen que todo cambió en las últimas dos semanas, especialmente por un debate realizado en City TV en donde Mejía se enredó contestando una pregunta puntual que Mockus explicó con claridad matemática.
Como estamos en primera vuelta y hay más de dos candidatos, el fenómeno de las encuestadoras podría repetirse cuando solamente queden dos en carrera. En mi percepción, y con el alto nivel de polarización creo que tendremos una segunda vuelta muy apretada y probablemente las encuestas mostrarán dos candidatos que estarán uno muy cerca del otro, inclusive con posibilidades estar en la zona del empate técnico. La clave, como siempre ocurre en las encuestas, es el margen de error y los niveles de confianza. Todas las firmas se han apartado de estudiar el fenómeno del voto rural y se han concentrado en el de las grandes capitales. Todos nos podríamos llevar una gran sorpresa en un escenario en donde las tendencias de las zonas apartadas resulten distantes de las ciudades.
En esta ocasión hay que incluir nuevos ingredientes para poder analizar y proyectar cifras en las actuales elecciones. La gente llega sobresaturada de encuestas, de debates, de videos en redes sociales y de ataques personales entre candidatos. Como siempre pasa en la política los que van abajo en las encuestas atacan al que va arriba, pero esta vez casi todos se atacan entre sí. Cada día hemos visto aciertos y errores de todos los candidatos, pero solamente en las últimas jornadas es que se han logrado visibilizar las propuestas sociales y económicas que pueden influir en esos indecisos. En ese sentido, no hay que menospreciar a ningún candidato. Creer que alguien ya perdió es tan equivocado como creerse ganador sin que se haya votado el próximo domingo.