Organización con propósito
He descubierto, gracias a mi trabajo como profesor, asesor e investigador, que una organización es más eficaz y perdurable cuando logra movilizar a las personas hacia un propósito. La principal razón de este hallazgo es que el propósito da significado y sentido a lo que hacemos.
El propósito de una empresa no riñe con objetivos como el crecimiento y la rentabilidad que expresamos en la planeación estratégica. Por el contrario, un buen propósito organizacional ayuda a descubrir por qué hacemos lo que hacemos, es decir, la razón última de nuestras acciones.
Todas las empresas comercializan algo que genera un beneficio para el cliente. Sin embargo, detrás de todo producto o servicio hay una contribución real a la sociedad para que la vida de todos sea mejor. Por este hecho, tiene más sentido movilizar a las personas en la organización mediante el significado de hacer algo útil y valioso para la sociedad que comercializar un producto o servicio.
¿Qué afirmación tiene más fuerza?: “Queremos ser líderes en el mercado de…” o “Transformamos la sociedad a través de productos geniales”. La primera suena aburrida y cliché, mientras que la segunda tiene una fuerza inspiradora. Es lógico señalar que la tarea de los líderes de la empresa es sembrar los motivos correctos en las personas para que sus comportamientos reflejen su compromiso y su pasión por la misión de la organización.
Y una organización con propósito es aquella que define, educa y promueve activamente el propósito superior de la empresa, así como, la misión y los valores.
El conocido Jeff Bezos, quien se propuso crear la empresa más orientada al cliente del mundo, reconoce que estas se construyen desde unos empleados motivados, pues un empleado satisfecho se traduce en más clientes satisfechos y a gusto con la empresa.
¿Cómo se lleva a la práctica?
Para construir una organización con propósito es necesario contestar a consciencia las siguientes preguntas y luego convertirlas en una declaración corta e inspiradora que podamos repetir de memoria constantemente.
1. ¿Quiénes somos? Somos…
2. ¿Qué hacemos? Nuestros productos…
3. ¿Para quién trabajamos? Nuestros clientes…
4. ¿Por qué lo hacemos? Nuestras motivaciones…
5. ¿Qué buscamos? Propósito último…
6. Con nuestras acciones, ¿a quiénes impactamos? Nuestros stakeholders…
Una vez las empresas definen su propósito, ponen por escrito su misión y sus valores. La siguiente tarea, que corresponde a la junta directiva y, especialmente, al CEO y su equipo, es comunicar de manera repetitiva y constante este credo empresarial hasta que todo el mundo en la organización lo sepa y lo incorpore a su vida.
Por estas razones, recomiendo a los líderes de la empresa (en sus primeros tres minutos de conversación) recordar a las personas de la organización un mensaje claro sobre la misión y el propósito.
Comunicar genera comunión, la comunión genera comunidad y la comunidad se forja sobre la identidad basada en propósitos y valores comunes. Toda empresa es, sobre todas las cosas, una comunidad de personas. Te invito a trabajar por el propósito organizacional de tu empresa da la mano de estas palabras: “el que tiene un buen porqué en la vida es capaz de encontrar cualquier cómo”.
Un paso importante para hacer país es fomentar y construir organizaciones con propósito, porque no hay un poder más transformador que los negocios. En estos momentos de tensión social, los empresarios y directivos debemos convertirnos en una fuerza para el bien.