Analistas 05/07/2019

Raquitismo del Estado

Jorge Iván González
Profesor de U. Nacional y Externado

El Marco Fiscal de Mediano Plazo sueña con un Estado raquítico. Comienza reconociendo que la llamada ley de financiamiento se quedó corta y que, por tanto, los ingresos fiscales se van a reducir. Frente a esta situación, el Marco Fiscal propone una disminución drástica de los gastos.

De acuerdo con el Marco Fiscal, los ingresos del Gobierno Nacional Central alcanzarán su nivel más alto al terminar 2019. Se estima que llegarían a 16,6% del PIB. Y a partir de 2020 caerán hasta llegar a un mínimo de 15,7% en el 2030. El nivel de tributación en Colombia sigue siendo muy bajo con respecto a los países de América Latina, que tienen un promedio de 23% del PIB, y está lejísimos de los estándares europeos, donde la relación se acerca a 40%. En Francia, por ejemplo, los ingresos tributarios equivalen a 55% del PIB.

Puesto que los ingresos van a caer, el Marco Fiscal se imagina que el gasto público disminuirá. El mayor gasto sería en 2019, con 19% del PIB, y el más bajo se presentaría en 2030 (16,7%). De acuerdo con estas estimaciones, el diferencial entre gastos e ingresos se reduciría de 3,1% del PIB en el 2018 a 1% en el 2030.

Estas tendencias a la baja son preocupantes. La disminución de los ingresos es una consecuencia directa de los pésimos resultados de la ley de financiamiento. El articulado se aprobó en el último momento (28 de diciembre) y a las carreras. Desde el comienzo el ministro de Hacienda dijo que la norma únicamente buscaba solucionar los problemas financieros de corto plazo, y que no tocaría aspectos estructurales. A medida que la discusión de la ley de financiamiento fue avanzando, el gobierno iba reduciendo sus expectativas. Al final, Hacienda terminó aceptando que los ingresos tributarios disminuirán.

En contra de la más mínima lógica, la ley de financiamiento no va aumentar el recaudo, sino que lo va a disminuir! La ley desconoció las recomendaciones que hizo la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, que pedía aumentar los impuestos y eliminar las exenciones. En estas condiciones apenas es lógico que las proyecciones del Marco Fiscal muestren una reducción significativa de los ingresos del Gobierno Nacional.

Y, por su parte, la disminución del gasto plantea dos tipos de problemas. El primero es de orden conceptual, y el segundo es un llamado al realismo. Entre los estudiosos de las finanzas públicos se ha popularizado el nombre de Wagner, quien desde finales del siglo XIX afirmó que el gasto público como porcentaje del PIB siempre aumentaría. Y este postulado se ha cumplido. Entre otras razones, porque la intervención del Estado tiene que ser mayor si se quiere garantizar un mejoramiento en los estándares de la educación, la salud, el medio ambiente, la seguridad, la ciencia y la tecnología, las vías, etc. En Colombia, la Comisión del Gasto mostró que no se debe pretender reducir el gasto público, y que la modernización del país pasa por un mayor gasto público. Por tanto, se debe gastar más y mejor. Frente a esta recomendación, no se entiende la decisión del Ministerio de Hacienda de reducir el gasto. El Marco Fiscal no es realista. La tendencia decreciente del gasto es un sueño del ministro Carrasquilla, que no se podrá cumplir. Por tanto, es inevitable que continúe creciendo el abultado saldo de la deuda pública, que entre 2012 y 2108 pasó de 40,6% del PIB a 56,1%.

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