El artículo 55 del Plan Nacional de Desarrollo, que se está discutiendo en el Congreso, propone la creación del Registro Universal de Ingresos (RUI). Se busca eliminar la asimetría de información que actualmente existe entre los no declarantes y los declarantes de renta. El ingreso de los primeros es inferior al de los segundos, y el RUI centra su atención en esta población no declarante, que es un grupo relevante y heterogéneo. Allí están incluidos los hogares vulnerables y pobres.

En la medida en que se avance hacia la consolidación del RUI, se mejorará el conocimiento de las características socioeconómicas de los hogares de menor ingreso. Y si el proceso es exitoso se diluye la brecha que ahora existe entre declarantes y no declarantes. El punto de llegada ideal del RUI es que todos los colombianos reporten sus ingresos. Esta información será muy útil para lograr una adecuada focalización de los impuestos y los subsidios. Las personas de más ingresos pagan impuestos, y los de menor ingreso reciben subsidios.

Cuando el país cuente con el registro universal de los ingresos, se podrá precisar la diferencia entre los contribuyentes, y los hogares de menores recursos que no necesitan de la ayuda del Estado. Por esta razón, desde el punto de vista institucional, el proceso hacia el RUI exige una estrecha colaboración entre la Dian y el Departamento Nacional de Planeación (DNP).

El camino hacia el RUI no es nuevo. Es un proceso que lleva varios años, que comenzó en 1975, con la primera versión del Sisbén. Aunque este instrumento de focalización ha sido adecuado, se ha ido mejorando a lo largo del tiempo. Actualmente se está implementando la cuarta versión del Sisbén, que ya incorpora el ingreso, aunque de manera indirecta. A pesar de los desarrollos que se han conseguido, se mantienen importantes errores de inclusión y exclusión.

Sin duda, es necesario superar el Sisbén e ir más allá. El DNP ha ido consolidando otros instrumentos de focalización, como el registro social, que ya incluye 32,5 millones de personas, correspondientes a 12,4 millones de hogares. Durante la pandemia se logró un salto cualitativo en la inter-operabilidad de la información contenida en los registros administrativos. La consolidación que ha realizado el DNP en el registro social incluye 27 bases de datos nacionales y 1.832 bases locales.

La conjunción de estas fuentes permite tener una visión bastante completa de las condiciones socioeconómicas de los hogares. El RUI es la etapa final de este proceso. Gracias a la inter-operabilidad se aprovecharán los registros administrativos existentes. El registro social es un excelente punto de partida para consolidar el RUI, así que no se parte de cero.

Una vez que se tenga el RUI se disminuirán de manera sustantiva los errores de inclusión y exclusión en la asignación de los subsidios, y se evita que el mismo hogar reciba, al mismo tiempo, varios subsidios. Los mecanismos que se tienen ahora para determinar a los hogares beneficiarios, como el estrato, son muy limitados.

El RUI acaba con la estratificación. El estrato informa sobre las condiciones de la vivienda, pero no puede determinar las características socioeconómicas del los hogares. Mientras los subsidios se distribuyan de acuerdo con el estrato, se mantendrán los errores de inclusión y exclusión. Una vez que el RUI esté funcionando, el estrato desaparece.