El efecto dinamizador del low cost
Una de las innovaciones que más ha revolucionado el sector aeronáutico, durante las últimas décadas, ha sido el nacimiento y desarrollo de las aerolíneas de bajo costo, un modelo cuyo inicio data de 1949, año en que la aerolínea estadounidense Pacific Southwest Airlines, hoy Southwest Airlines, decidió darles uso comercial a los aviones sobrantes de la Segunda Guerra Mundial.
Este fenómeno que sucedió hace 69 años, se constituyó como un hito para los cielos del mundo y desde ese entonces, determinó el reto de reformular la manera en que están concebidos los modelos de transporte comercial, de cara a nuevas alternativas de negocio. Su fundamento radica en la necesidad de un modelo que responda, de manera contundente, a las necesidades del mercado, convirtiéndose en un manifiesto de la transformación de las necesidades de los viajeros.
Este nacimiento y desarrollo de las aerolíneas Low Cost ha supuesto una revolución del sector aeronáutico al reformular la manera tradicional en la que estaba concebido el transporte comercial.
Frente a este fenómeno, en Colombia también se vio un “boom” de aerolíneas low cost que hoy suma nueve compañías que compiten en el mercado. Cuando nació Wingo, cinco años atrás, vimos cómo la percepción del bajo costo no solo era tarifas bajas sino calidad, profesionalismo y personalización.
Actualmente, se vislumbran grandes oportunidades de desarrollo para el país apalancadas en la recuperación del turismo nacional e internacional y la llegada de actores versátiles. De hecho, las nuevas estadísticas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) confirman que la recuperación a nivel latinoamericano se está dando en buena forma, gracias a la resiliencia y al dinamismo de pasajeros dentro de la región.
Además, las perspectivas del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo son prometedoras, pues en Colombia es el país número 18 en mejor recuperación de la conectividad aérea a nivel mundial, alcanzando el 91 % de las sillas y cerca del 90 % de las frecuencias internacionales que se tenían antes de la pandemia.
En ese sentido, nos atrevemos a afirmar que el modelo de Wingo ha aportado con el presente crecimiento exponencial de la conectividad aérea, pues hemos madurado nuestro vasto conocimiento del mercado internacional y nos enorgullece reiterar que somos la aerolínea bajo costo más grande de Colombia en cuanto a destinos operados al exterior, con 20 rutas a 11 países de la región, y con un plan de crecimiento continuo para explorar nuevos mercados que están desatendidos a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe.
El éxito de Wingo está en que enfocamos todos nuestros esfuerzos en el viajero como el centro de todas nuestras decisiones y por ello, respondemos de manera ágil a sus necesidades. No imponemos un servicio, sino que damos opciones de personalización de la experiencia para que cada persona acomoda su viaje de acuerdo con su capacidad económica. Por eso, ofrecemos más de 186 formas de viajar.
Brindarles a los viajeros libertad de elección a la hora de escoger sus servicios y pagar por lo que de verdad consumen, se traduce en una propuesta justa y equitativa que ha tenido gran aceptación ¿quién más si no somos los viajeros los que resultamos más beneficiados? Por eso, no cabe duda de que el manifiesto de los precios bajos ha obligado a los demás jugadores a reinventarse, repensar sus tarifas y rediseñar la experiencia que están ofreciendo. El impacto positivo económico y social de esta revolución es evidente y desempeña un papel de conectividad determinante para la región.