La comisión primera del Senado de la República, aprobó el proyecto de acto legislativo de la cacareada reforma política, que según su exposición de motivos, tiene los propósitos de: hacer mas transparente esta actividad, convertir a los partidos en verdaderos canales de expresión del pueblo, consolidar la participación de género, independizar a la autoridad electoral de los partidos políticos, la financiación preponderantemente estatal de las campañas electorales, y permitir el transfuguismo.

Frente a este ultimo objetivo, Winston Churchill decía: “se puede cambiar de partido, pero no de principios,” todo lo contrario a lo que ocurre en Colombia, en donde los representantes de las corporaciones públicas, una vez elegidos, negocian los programas que enarbolaron en las justas electorales, por sus intereses particulares, y se entregan al partido gobernante, así los haya derrotado en las urnas y represente la antítesis de lo que ellos defendieron en campaña; lo hacen sin vergüenza y sin importar la ideología de quien gobierna.

Esto ha dado pie a que, el Consejo de Estado en no pocas ocasiones les haya declarado la nulidad a muchos congresistas, por doble militancia. Según los medios de comunicación, la propuesta de la senadora Clara López, miembro del Pacto Histórico, la comisión primera del senado aprobó el transfuguismo que, acabará con las investigaciones en curso y sepultará las sanciones legales a esa práctica oportunista.

Sobre el proceso de elección de los magistrados del Consejo Nacional Electoral, el cambio propuesto es que hacia el futuro los aspirantes a esos cargos no serán candidatizados por los partidos políticos, sino que los aspirantes tendrán que inscribirse en el Congreso de la República y este elegirá. Veremos entonces a los amigos de los congresistas inscribiéndose como aspirantes a esas magistraturas, algo que por supuesto no se puede impedir y a sus amigos parlamentarios eligiéndolos. Por lo tanto, sobre este tema, nada va a cambiar.

Las listas cerradas sin voto preferente, implicarán la cedulación de los militantes de las colectividades políticas y una elección popular de los mismos, para ordenar la posición que ocupara cada aspirante en la lista que se presentara al pueblo para elegir a sus representantes en las diferentes corporaciones públicas. Esta doble elección puede encarecer los gastos de las campañas electorales que tendrán una financiación predominantemente estatal, según lo aprobado hasta ahora. Veremos como siempre los ríos de plata corriendo en las elecciones, ahora con financiación predominantemte estatal.

La reforma que se está cursando en el Congreso no soluciona los graves problemas de los que adolece la política en nuestro país, permeada por la corrupción y la ausencia de ética, pues lo que prima es el oportunismo y el individualismo. Lo que se debe hacer es fortalecer los órganos de control que luchan contra la corrupción. Sin embargo, en su afán por mostrar logros, el gobierno está haciendo aprobar esta reforma desvertebrada, por lo que no ha dejado de advertir el propio ministro del interior que la reforma no entrará en vigencia para las elecciones del 2026; el alto funcionario sabe perfectamente que, si pretendiera hacerla aprobar para que entrara en vigencia en las elecciones parlamentarias próximas, fracasaría en su intento.