Tribuna Parlamentaria 15/09/2020

Renta minera y equidad

José David Name Cardozo
Senador de la República

En sus constantes solicitudes y quejas al Gobierno Nacional para que se les otorguen nuevos beneficios y mayores facilidades, los representantes de la gran minería del carbón, pasan por alto los muchos privilegios que han disfrutado por años.

La importación de equipos sin el pago de aranceles, el recaudo cero de IVA por las ventas de carbón para exportación, el envío de remesas de utilidades al exterior sin impuestos, son solo algunas de las gabelas de las que actualmente goza la gran minería del carbón en Colombia. Además de tener una de las tarifas de regalías más bajas entre los países de la región.

Si bien es cierto que las regalías mineras generan importantes ingresos, un argumento generalizado es su poco aprovechamiento en las regiones, lo que nos plantea otro debate con dos aristas: primero, la falta de una verdadera política minera en el país, y ejemplo de ello es que a la hora de entregar para la explotación los recursos naturales nunca se han previsto, ni mucho menos formulado, acciones para evitar que la debilidad institucional de las regiones lleve a la malversación de gran parte de esas rentas. Y segundo, que las compensaciones para los territorios productores no son tantas como para que logren revertir los impactos negativos que la minería genera.

Al analizar que de cada dólar que produce la venta de carbón, más de la mitad amortiza costos de transporte marítimo con empresas que nada tienen que ver con el país, y que el transporte de las minas al puerto, generalmente es realizado por empresas aliadas de las mismas que lo extraen, encontramos que 10% de regalías que en promedio se pacta en los contratos se paga sobre menos de 50% del precio de venta del carbón.

Si hablamos de los beneficios de generación de empleo hay que decir que en departamentos como La Guajira y el Cesar, donde la minería representa casi 50% del PIB departamental, se genera un escaso 2% del empleo. Así las cosas, el panorama deja muy claro que la producción y exportación de minerales sí produce mucha riqueza, pero no para las regiones y tampoco para el país.

Es absolutamente cuestionable que las multinacionales se mantengan calladas cuando los escenarios de precios y mercados internacionales son favorables, como cuando el carbón ha estado cerca de los US$100 por tonelada, pero pongan el grito en el cielo buscando disminuir los recursos de compensación que deben pagar a las regiones cuando las ganancias que perciben no son tantas.

Por razones como estas, las nuevas pretensiones de las multinacionales, especialmente las relacionadas con las solicitudes de disminuir el precio base de liquidación de regalías, que los situaría por debajo del precio del carbón en el mercado interno, se hace necesario que los responsables públicos, la academia, el sector privado y las mismas comunidades aboquemos la discusión sobre los beneficios de la minería desde una perspectiva más amplia, que tenga en cuenta la urgente necesidad que tiene el país de hacer viables sus regiones, con un sistema productivo más equitativo, en el que sin dejar de premiar el esfuerzo de las empresas se creen mejores condiciones de vida para los habitantes de los lugares donde se explotan o pretenden explotar recursos naturales no renovables, mediante el ajuste y mejoramiento de la utilización de la renta minera que llega al sistema.

Es momento de no permitir que se repita sin remedio lo que ya ha ocurrido aquí y en otros lugares, donde un privilegio se convierte en maldición, pues la explotación de recursos naturales en vez de generar bienestar deja es devastación y mayor pobreza.

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