A reforzar el autocuidado
De las pocas cosas que sabemos con certeza acerca del covid-19 es que cuando nos relajamos con el cuidado, retorna con mayor fuerza. No solo para recordarnos que todavía está aquí, sino también para enfrentarnos a nuestra vulnerable humanidad y al sufrimiento con devastadoras pérdidas.
La experiencia en el mundo, durante este año de pandemia, ha evidenciado que acatar de manera responsable las medidas de bioseguridad es la forma más efectiva de disminuir los casos de contagio. Ante la creciente preocupación por la posible llegada de un tercer pico de la pandemia en distintas regiones del país, no podemos darle tregua al virus para que nos tome ventaja.
Esta semana, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre un repunte de casos de covid-19 en América Latina, pese al proceso de vacunación que adelantan los países, e insistió a que se mantengan las precauciones dictadas por los principales organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), para frenar la velocidad del contagio.
Eliminar la falsa percepción de seguridad generada por el inicio del proceso de vacunación es un reto contra reloj en nuestro país, donde en departamentos como Atlántico, Magdalena, Córdoba, Antioquia, entre otros, el nivel de ocupación de las camas de Unidades de Cuidados Intensivos ha aumentado de manera acelerada superando 80%. La llegada de la Semana Santa, en medio de la potencial crisis, nos presenta un panorama angustiante que podría desembocar en el colapso de la red hospitalaria. Situación que hay que evitar a toda costa.
El histórico golpe que sufrió nuestra economía el año pasado con un desplome del 6,8%, que además de ampliar la brecha social con 4,1 millones de desempleados, dejó según el Banco de la República, una deuda externa de US$154.000 millones; nos exige una dinámica constante para fortalecer el proceso de recuperación económica. Por lo que solo pensar en la posibilidad de un nuevo confinamiento nacional, como está ocurriendo en algunos países de Europa y en distintas ciudades de la región, resulta aterrador.
La experiencia internacional del rebrote debe servirnos para adelantarnos e impedir un repunte de la pandemia. Todavía falta mucho tiempo para que se logre la inmunidad de rebaño por la vacunación en el país, que se obtiene al alcanzar 70% de inmunizados, mientras tanto es vital que extrememos las medidas de autocuidado. El momento de alta vulnerabilidad en el que nos encontramos y los nuevos riesgos que supone la temporada de descanso, nos exige un comportamiento responsable, a nivel individual y colectivo.
No es un capricho del Gobierno Nacional y las autoridades locales, la implementación de nuevas restricciones como cierres, toques de queda y ley seca, que se impondrán en algunas ciudades. Reforzar el uso del tapabocas, mantener el distanciamiento físico, evitar las aglomeraciones, realizar un constante lavado de manos, entre otros, nos permitirá superar esta difícil etapa, que exige del compromiso de todos. No podemos descuidarnos.
Uno de los mayores enemigos que tenemos es la confianza. Debemos seguir en guardia para ganar esta batalla, atendiendo las medidas y recomendaciones que se han establecido. El anhelo que tenemos de regresar a nuestra vida normal, no es una excusa para justificar la falta de responsabilidad, autocuidado y compromiso. ¡Cuidémonos entre todos!