Aumentar el tejido empresarial exportador
El rezago que presenta el país en el comercio exterior no es nuevo. Los limitados avances logrados desde la década de los 90, evidencian las debilidades en la política de exportación que existe en Colombia y la gran urgencia de ampliar el tejido empresarial exportador, sobre todo en esta nueva etapa de recuperación económica en la que nos encontramos debido a la emergencia generada por la pandemia mundial.
Los pasos que hasta ahora se han dado en la diversificación de la canasta exportadora colombiana son insuficientes; así lo demuestran los bajos resultados de los últimos años de la participación del comercio internacional en el PIB, y la fuerte caída del 23,3% en las exportaciones, que registró el Dane hasta el mes de octubre de este año. Si bien el 2020 fue un año atípico y el mundo vivió serias dificultades con un generalizado descenso en el comercio exterior, son otros los factores que han conducido al país a tener un limitado desempeño en el mercado internacional.
La falta de incentivos para que el productor colombiano se vincule a la exportación es uno de los principales obstáculos que dificultan su participación en el comercio internacional; que no les resulta atractivo por los altos costos y las trabas en los trámites. También, el excesivo proteccionismo del mercado interno resulta ser una de las razones que nos ha mantenido aislados y con una escasa dinámica comercial, que es imprescindible reactivar para jalonar la economía a partir del acceso a los mercados externos.
El estancamiento de Colombia en la cultura exportadora y su limitada canasta, que se compone principalmente de productos minero energéticos, es entre otras cosas, resultado de la falta de interés de las micro, pequeñas y medianas empresas hacia la competencia internacional y su persistente temor de llevar sus productos a un mercado desconocido. Una postura que se puede transformar con un mayor y mejor acompañamiento al productor nacional en los procesos de exportación.
Comparado con otros países de América Latina como Chile, Uruguay, México y Perú, Colombia sigue resaltando por mantener una economía cerrada, que contribuye a su aislamiento y al desaprovechamiento de los 17 acuerdos que se encuentran vigentes, que nos permiten tener un mayor acceso a los grandes mercados. Expandirnos y diversificar los productos y servicios es uno de los principales retos que tiene el país, abrir nuevos mercados es clave para la reactivación económica que debe enfocarse en el mercado exterior como uno de los puntos dinamizadores de la economía interna.
La alta calidad de los productos colombianos y su aceptación en el exterior favorecen la exportación de bienes locales, que se debe estimular con acciones y medidas como: la reducción a la protección, el aumento de la competencia, la búsqueda de un mayor aprovechamiento de los acuerdos vigentes, la dinamización de la producción industrial, el fortalecimiento de las cadenas regionales de valor, la consolidación de una normativa e infraestructura estable que atraiga la inversión extranjera y garanticen los procesos, así como también la implementación de estrategias que estimulen la generación de productos con valor agregado.
Conscientes de la alta relevancia que tienen las exportaciones en el crecimiento económico de un país, el Gobierno Nacional no debe olvidar el papel que la activación del comercio internacional jugará en medio de este proceso de recuperación económica. Impulsar las exportaciones es crucial en el rescate de la economía colombiana, hay que mirar el mercado internacional como una oportunidad.