Más recuperación verde
La oportunidad de impulsar un futuro sostenible a través de la recuperación verde, ha sido aprovechada por muchos gobiernos del mundo para impulsar una reactivación que no solo genere beneficios económicos, sino que también aporte soluciones ambientales y sociales. A pesar de ello, los esfuerzos siguen siendo insuficientes ante el creciente deterioro ambiental que exige mayores inversiones de todos los sectores. El análisis del gasto en iniciativas de recuperación verde en América Latina y el Caribe, realizado por el Observatorio de Recuperación Global, investigación liderada por el Proyecto de Recuperación Económica de la Universidad de Oxford, con el apoyo del Pnuma, el Fondo Monetario Internacional y GIZ, revela que solo seis de los 33 países de la región dedicaron más del 0,1% de su PIB en planes de recuperación. En el caso de Colombia, el gasto en iniciativas de recuperación sostenible solo alcanza 0,05% del PIB, una cifra muy inferior si se confronta con países como Chile que han gastado cerca 0,16% del PIB.
Comparado con el resto del mundo que ha invertido 19,2% en recuperación verde, los países de América Latina y el Caribe presentan un amplio rezago con un 2,2% en inversiones sostenibles. Además de evidenciar las dificultades económicas de la región tras la emergencia sanitaria y su lento proceso de recuperación, el estudio señala que se está “perdiendo una oportunidad crucial para lograr un mayor crecimiento económico, afrontar la crisis ambiental y ofrecer beneficios sociales significativos en el corto y largo plazo”.
Aunque en los últimos años Colombia ha demostrado un mayor compromiso con el desarrollo de políticas de economía baja en carbono y resiliente a los efectos del cambio climático, todavía nos quedamos cortos en el cumplimiento de los objetivos. Para seguir disminuyendo la amplia brecha que tenemos con otros países, urgen nuevas políticas y mecanismos de gestión eficiente que promuevan participación de los sectores productivos. En este sentido, nuestro proyecto de ley 365 de 2020 de transición energética, busca la incorporación de combustibles limpios al sistema energético, con el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes y los efectos del calentamiento global. Lo anterior para avanzar en el cumplimiento de las obligaciones del Estado colombiano frente al Acuerdo de París, la Contribución Determinada a Nivel Nacional de Colombia aprobada en diciembre de 2020 y los Objetivos de Desarrollo sostenible, así como también dinamizar el mercado energético a través de fuentes más limpias y responsables con el medio ambiente.
Reconociendo el papel que desempeña la sostenibilidad en la agenda mundial de recuperación, estamos impulsando la transición energética como un elemento fundamental en la reactivación, que nos permitirá abordar los actuales desafíos sociales y económicos. Ir transformando los sectores productivos con la incorporación de soluciones y actividades basadas en el capital natural es nuestra meta.
En estos tiempos resulta inconcebible impulsar una reactivación económica alejada de la recuperación verde y resiliente, ahora es cuando más debemos promover inversiones con soluciones basadas en la naturaleza, que con un crecimiento sólido nos permitan avanzar en la lucha contra la pobreza y desigualdad. Direccionar las inversiones hacia la sostenibilidad ambiental es la clave para combatir la crisis actual.