Analistas 29/07/2020

Médicos cubanos ¿Esclavos o comunistas?

José Félix Cataño
Profesor de la Universidad Nacional de Colombia

Algunos líderes en Colombia han lanzado la idea de contratar médicos cubanos para contribuir a salvarnos del coronavirus. Algunos comentaristas han criticado la decisión porque esas personas pueden ser militantes del castro-chavismo. Esta es posible, pero no es lo principal dado el ambiente antichavista y anticomunista en Colombia. El fracaso social de las dictaduras de Cuba y Venezuela, han creado la vacuna antichavista en el pueblo colombiano. La derecha se aprovecha de esta realidad y el populismo de izquierda tiene aquí su gran dificultad.

El problema ideológico y moral con la propuesta es otro. Es que los médicos cubanos no son mano de obra libre, no son dueños de su fuerza de trabajo, como diría Marx, sino que la mano de obra es propiedad el Estado comunista de Cuba. Este último es un Estado que fracasó en construir un sistema económico y social viable que le que diera prosperidad y bienestar a la población como habían prometido, y frente al fracaso una de las alternativas que les queda, además de hipotecar sus playas y bares en forma peor a lo que hacía el régimen de Batista, es vender ahora mano de obra a los que están dispuestos a pagar dólares por ella.

Antes del capitalismo, la mano de obra era servil o esclava, casi todo el tiempo de vida de las personas era de la clase poderosa. Vino el capitalismo y cambió las cosas: liberó la mano de obra de la esclavitud y de la servidumbre y creó el obrero asalariado, carente de medios de producción y de dinero, pero libre jurídicamente. Libre porque ahora podía contratar mejores condiciones con su poderoso capitalista, desventaja que justifica que sea ayudado por sindicatos, y las normas de seguridad social.

En el capitalismo el contrato salarial estipula que la jornada de trabajo, hoy ocho horas, es de los empresarios, el resto del tiempo del día (y el salario) es de las personas. El obrero es libre en cambiar de patrón, aunque le es difícil liberarse de los patrones. Luego de la jornada de trabajo, las horas restantes son propiedad del asalariado, es su espacio libre, donde realiza actividades y gasta su salario en lo que le plazca.

El socialismo cubano y, todos los socialismos que hemos conocido, en vez de garantizar la apropiación completa del tiempo disponible para las personas, como había soñado Marx, lo que hicieron fue apoderarse de las personas y de su tiempo para ponerlas al servicio de los Estados. Por tanto, el socialismo real creó la nueva esclavitud y la nueva explotación: el tiempo de vida no es parcialmente de las personas sino totalmente del Estado.

Ya los gobiernos de derecha de Bolivia y Brasil han mostrado las condiciones leoninas que encontraron en los contratos laborales con el régimen cubano. También Human Rights Watch ha denunciado cómo se controla el tiempo de los nuevos esclavos cubanos y cómo se amarra la sumisión al régimen.

Así como la sociedad democrática y liberal no tolera ya que paguemos funcionarios corruptos, que aceptemos hombres que sean violentos con las mujeres, que exista la trata de personas, se impone también rechazar que los impuestos de los colombianos se utilicen en pagar a Estados totalitarios sus nuevos esclavos.

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