Apuesta por el optimismo
Las últimas semanas, cargadas de imágenes de violencia y caos, han generado un panorama sombrío. Algunas redes sociales saturadas con pesimismo, y en muchos casos polarizadas y desinformantes, envían el mensaje de un país sumido en las malas noticias. Sin embargo, y a pesar de todos los inmensos retos, hay lugar para aportarle decididamente al optimismo y pensar que el futuro cercano será mucho mejor. Más allá de los problemas estructurales en lo económico y social, en los cuales tendremos que seguir trabajando, la coyuntura económica resulta favorable. A saber, hay varias fuentes de optimismo que sugieren que la economía podría recuperarse más rápido de lo anticipado.
La primera tiene que ver con la sorprendente resiliencia de la economía colombiana. Las cifras del PIB primer trimestre este año así lo muestran. La economía creció 1,1% durante dicho período frente al mismo período del año anterior, alcanzando un nivel de actividad económica casi igual al que se registraba antes de la pandemia. El indicador de actividad económica mensual, conocido como ISE, mostró un crecimiento anual de 12% en marzo y 1,6% frente a febrero, superando los cálculos de los analistas más optimistas. Esta aceleración en la actividad económica del primer trimestre pone a Colombia al frente en la recuperación de las economías de América Latina.
La segunda fuente de optimismo tiene que ver con el contexto externo. El precio del petróleo en pesos alcanza actualmente un nivel de 260 mil pesos por barril, no visto en la última década, como resultado de una tasa de cambio favorable a las exportaciones y unos precios de materias primas al alza en los mercados internacionales. Lo mismo ocurre con los precios del café. Por su parte, las remesas que los trabajadores colombianos giran desde el exterior crecen 40,5% frente al promedio de 2019, gracias a la rápida recuperación de la economía de Estados Unidos donde se originan buena parte de dichas remesas.
Una tercera fuente de optimismo tiene que ver con la campaña de vacunación. Si bien es cierto que Colombia arrancó dicha campaña con un retraso frente al resto de países de la región, el ritmo de vacunación se ha venido acelerando y es ahora uno de los más altos. Si el país continúa con este esfuerzo, sumado a la posibilidad de que lleguen nuevas dosis y los privados participen, en el segundo semestre estaremos muy cerca de alcanzar el umbral requerido de vacunados para tener una vida que se asemeje mucho más a la normalidad.
Finalmente, es bien sabido que los paros, y en particular los bloqueos y las acciones violentas han tenido un efecto muy adverso sobra la actividad económica en las últimas semanas. Ejemplos abundan. No obstante, las cifras de alta frecuencia sugieren que quizás lo más álgido ya pasó. Las cifras calculadas por Google muestran que, desde su punto más bajo del año, a comienzos de mayo, la movilidad se ha venido recuperando. Lo mismo ocurre con las cifras de consumo de combustible y de demanda de energía, que muestran una recuperación parcial desde mínimos a comienzos de este mes.
Es momento de que cesen la violencia, los bloqueos y las acciones vandálicas. La concertación y la negociación debe ser el contexto en el cual siga la normalización de la vida cotidiana.
Una vez superemos el tercer pico y los paros, la economía Colombia tiene todo a favor para crecer más de 6% este año.