Analistas 27/06/2024

Globalización fragmentada

José Ignacio López
Presidente del Centro de Estudios Económicos Anif

El comercio internacional a nivel global enfrenta un nuevo reto: el regreso de posturas anticomerciales y un escenario de geofragmentación política. Muchos analistas anticiparon el pico de comercio global en 2018, cuando la cifra de exportaciones a nivel internacional alcanzó los casi US$20 billones. La guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2019 y posteriormente las cuarentenas asociadas a la pandemia hicieron retroceder dicho número a niveles de US$17,6 billones en 2020.

El mundo había parecido alcanzar un pico de comercio global. No obstante, con el despliegue de las vacunas, la rápida reapertura de muchas economías, los paquetes de alivio monetario y fiscal, y un exceso de ahorro de algunos hogares, en particular en los países más desarrollados, observamos un repunte vertiginoso del comercio internacional con exportaciones a nivel global de US$25,7 billones en 2022. Parte de dicho repunte fue quizás en compensación de transacciones comerciales que no ocurrieron gracias a la pandemia, y a un rebote en la demanda de bienes transables. La cifra de 2023 de US$23,8 billones, aunque menor a la de 2022, muestra, no obstante, que 2018 no fue el pico de comercio internacional, ni, como se le denominó, la cúspide de la globalización.

Este rebote en el comercio internacional ha estado acompañado de una nueva ronda de medidas proteccionistas y nuevas tensiones geopolíticas. El Fondo Monetario Internacional calcula que en 2023 se impusieron más de 3.000 medidas restrictivas al comercio a nivel global, un número históricamente alto. La misma institución advierte que en las llamadas de reportes corporativos de las principales empresas multinacionales el término fragmentación se ha vuelto recurrente, y que varios de los indicadores que buscan cuantificar el riesgo geopolítico están en niveles no vistos desde el atentando del 11 de septiembre y la guerra en Irak. La invasión de Ucrania, el conflicto en Medio Oriente, y las tensiones geopolíticas asociadas a la soberanía de Taiwán tienen al orden global en una zozobra no vista en años recientes.

En los últimos meses los anuncios de tarifas y restricciones al comercio han sido recurrentes. En medio de la campaña electoral, Trump ha anunciado que si es electo impondrá una tarifa de 10% a todas las importaciones y 60% a los productos provenientes de China. A mitad de mayo, el presidente y candidato Biden oficializó un aumento de aranceles para carros eléctricos, baterías, minerales críticos, paneles solares y semiconductores chinos. Asimismo, la Comisión Europea anunció un aumento temporal de tarifas a los carros eléctricos chinos a comienzos del mes. Francia, México y Brasil también han expresado su intención de endurecer las restricciones al comercio internacional.

Los reflectores están puestos en la elección en Estados Unidos, donde los dos candidatos pueden tratar de atraer votos con posturas más restrictivas en materia de comercio.

Este contexto no es favorable para la economía global y la fragmentación geopolítica claramente hará más difícil la tarea de cooperación en temas tan relevantes como lucha contra el cambio climático, el lavado de activos, y el terrorismo, entre otros, que demandan soluciones coordinadas. Para Colombia, la geofragmentación puede ser una oportunidad en materia de comercio, pero el país debe mejorar su capacidad de atraer inversión extranjera y su oferta de valor.

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