Tasas de la Fed
El Foro Económico Mundial en Davos a comienzos del año estuvo marcado por un tono optimista por parte del sector corporativo y de algunos analistas económicos que, con cuentan alegres, desestimaron buena parte de los riesgos de recesión en Estados Unidos mientras auguraban al mismo tiempo tasas de interés más bajas hacia finales de 2023. El optimismo de dicha conferencia contagió buena parte de los mercados financieros, que durante enero de este año mostraron un mayor apetito de riesgo bajo la expectativa de que la Reserva Federal de los Estados Unidos estaba pronta a terminar su ciclo de aumento de tasas con un nivel final de 5%. Este renovado optimismo tuvo un efecto positivo en activos en países emergentes, incluyendo nuestra moneda que se apreció a niveles cercanos a los $4.550.
Un par de meses después, dicho optimismo se ha venido derritiendo como la nieve de los paisajes idílicos europeos cuando el invierno le cede el paso a la primavera. Los datos de actividad económica en Estados Unidos han sido mejores a lo inicialmente esperado, en consistencia con las declaraciones esperanzadoras de las delegaciones corporativas en Davos, pero al mismo tiempo los datos de inflación revelan una inercia de precios mayor a la anticipada, lo que sugiere que la Reserva Federal tendrá que seguir con su política de incremento de tasas.
Esta semana, Jerome Powell, presidente de Reserva Federal, advirtió que las tasas tendrán que continuar en aumento y probablemente se mantengan en niveles relativamente altos por un mayor tiempo al inicialmente estimado. La reacción de los mercados no se hizo esperar, con el mercado accionario en Estados Unidos perdiendo terreno, mientras el dólar a nivel global se fortalecía. Nuestra moneda perdió el breve impulso de apreciación que tenía antes de las declaraciones de Powell y volvió a ubicarse en un nivel cercano a los $4.750.
Muchos analistas han empezado a revisar al alza sus proyecciones de tasas de interés de la Fed, hacia niveles de 5,75%. Algunos sugieren que la tasas podrían llegar a 6%. El escenario de recortes en 2023 no parece ser una opción viable. En medio de una inflación pegajosa y de cifras del mercado laboral robustas, la política monetaria en Estados Unidos tendrá que mantenerse en terreno contractivo por lo menos hasta comienzos de 2024, cuando es probable que los estragos de las tasas altas sean más visibles en la actividad económica de dicho país.
La próxima semana conoceremos una nueva decisión de tasas por parte de la Fed. Muchos auguran un aumento de 25 puntos básicos, que llevaría las tasas a un nivel de 5%, pero a luz de los acontecimientos recientes, un aumento de 50 puntos básicos parece ser una opción igual o ligeramente más probable.
En este escenario más retador, el Banco de la República se alista también para tomar una nueva decisión en materia de tasa de interés el 30 de marzo. En nuestro país hay varios indicios que la inflación o ya alcanzó un techo o está próxima a hacerlo. Un aumento de tasas, a pesar de las señales de desaceleración en actividad local y del efecto adverso en materia de crédito que la política restrictiva ya está teniendo, está al lugar. No obstante, el menú de opciones es amplio. Un aumento entre 50 y 75 puntos básicos sería consistente con la nueva realidad en el frente externo. Un incremento de 25 puntos básicos sería el preámbulo de subidas adicionales.