El Libro Blanco de la Federación Internacional de Ingenieros de Consulta, Fidic, ha sido un referente clave en el mundo de la ingeniería y la consultoría de infraestructura desde su primera edición en 1990. En su quinta edición, publicada hace siete años, sigue siendo un documento fundamental para establecer contratos equitativos y efectivos entre clientes y consultores en proyectos de gran envergadura en diferentes países, pero no en Colombia.
Desarrollado por el Comité de Contratos de Fidic, este libro es más que un conjunto de cláusulas legales; representa años de experiencia y conocimiento acumulado en la gestión de proyectos de ingeniería a nivel mundial. Su papel crucial radica en su capacidad para identificar y anticipar las demandas del mercado en cuanto a formas de contratación justas y equilibradas.
Uno de los aspectos más destacados del Libro Blanco es su equilibrio en la asignación de riesgos entre el cliente y el consultor. Esto se logra mediante la inclusión de requisitos mínimos que establecen las bases para una colaboración efectiva y un reparto justo de responsabilidades. No es de extrañar que sea considerado el contrato clásico por excelencia en el ámbito de la consultoría de ingeniería a nivel global.
Entre sus usuarios notables se encuentra la Organización Europea para la Investigación Nuclear con sede en Ginebra, Suiza (Cern, por su sigla provisional en francés en 1952). El Cern ha utilizado el Libro Blanco en varios de sus proyectos de construcción, desde edificios hasta túneles, lo que permite destacar su versatilidad y adaptabilidad a diferentes contextos y necesidades.
El Libro Blanco aborda las necesidades del cliente, del consultor y de los expertos en seguros, especialmente en lo que respecta a la responsabilidad civil profesional y los seguros para proyectos de construcción complejos. Es más que un simple contrato; es una “suite” de contratos que incluye tres acuerdos fundamentales: el contrato principal entre cliente y consultor, el modelo de Joint Venture para delinear claramente los alcances entre los miembros del consorcio y el acuerdo de sub-consultoría para la gestión eficiente de servicios entre el consultor principal y los sub-consultores.
La estructura contractual del Libro Blanco se basa en una “forma de acuerdo” que establece las condiciones generales, complementada por un “modelo de acuerdo de servicios” que permite la inclusión de condiciones particulares según las necesidades del proyecto. Además, cuenta con cinco apéndices que detallan aspectos cruciales como los términos de referencia, las condiciones de remuneración, la programación de actividades y las reglas para la adjudicación y resolución de controversias.
Una de las características destacadas del Libro Blanco es su enfoque en el desempeño esperado por parte del consultor, definido en términos de “habilidad, cuidado y diligencia razonables”. Esto establece un estándar claro y objetivo para evaluar la calidad de los servicios prestados, garantizando así la satisfacción del cliente y la entrega exitosa de los proyectos.
En cuanto a la resolución de disputas, el Libro Blanco establece un proceso escalonado que comienza con la negociación entre las partes y, en caso de no llegar a un acuerdo, involucra a un adjudicador y un árbitro cuyas decisiones son vinculantes y ofrecen un marco sólido para la resolución efectiva de conflictos.
La actualización de 2007 introdujo cambios significativos, especialmente en lo que respecta a la responsabilidad del consultor y la inclusión de seguros de indemnidad profesional y responsabilidad civil. Estos cambios reflejan la evolución del mercado y la necesidad de garantizar una gestión de riesgos eficiente en todos los aspectos del proyecto.
El Libro Blanco de Fidic sigue siendo un pilar en la industria de la ingeniería y la consultoría de infraestructura. Su enfoque equilibrado en la asignación de riesgos, su estructura contractual detallada y su adaptabilidad a diferentes contextos lo convierten en una herramienta invaluable para garantizar contratos efectivos y exitosos en proyectos de gran envergadura en todo el mundo. En Colombia, donde la necesidad de abordar grandes proyectos de infraestructura es evidente, el estudio y la adopción de contratos como el Libro Blanco de Fidic podría ser un paso significativo hacia la mejora de la gestión de proyectos y la mitigación de riesgos en un sector vital para el crecimiento y desarrollo del país.