Impuestos: contribución necesaria
Mariana Mazzucato, economista e investigadora de University College de Londres, defiende la tesis de que el fin de los impuestos no debe ser la redistribución, sino la contribución necesaria para generar bienes públicos. Uno de estos bienes públicos que contribuyen a la generación de más riqueza para todos en la sociedad es la infraestructura civil, entendida como todo el conjunto de obras, estructuras y bienes de capital con los que cuenta un país para el desarrollo de sus actividades productivas. Claramente, un ciclo virtuoso: el país invierte en infraestructura y con esta genera más riqueza.
El estudio ‘Impacto macroecocómico y social de la inversión en infraestructura en Colombia: 2021-2030’, realizado por la Cámara Colombiana de la Infraestructura a través de Fedesarrollo, explica cómo un aumento en la inversión en infraestructura de 0,5% al año, en promedio, durante los próximos 10 años, puede incrementar la tasa de crecimiento económico en 0,8 puntos porcentuales.
Es notable que las obras de infraestructura están alrededor de nosotros y su impacto redunda en mejorar la calidad de vida de las personas. De acuerdo con el estudio mencionado, el hecho de tener mayor crecimiento económico aporta a que se reduzca la pobreza en 0,5 puntos porcentuales, lo que significa que aproximadamente 246.000 personas puedan salir de esta condición.
En Colombia, proyectos como los ejecutados bajo la sombrilla de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) han generado ahorros en tiempos de viaje y costos de operación de transporte, impactando positivamente tanto a productores del agro como a transportadores y consumidores finales. Estas iniciativas han sido financiadas por el sector privado, con deuda estructurada bajo el esquema de Asociación Público-Privada, que con el recaudo de los peajes y las vigencias futuras se podrá pagar en el largo plazo.
El número de individuos (y por lo tanto grupos familiares) beneficiados por la posibilidad de trabajar en proyectos de infraestructura asciende a las decenas de miles: a mayor actividad económica en infraestructura, la tasa de desempleo se reduce en 0,6 puntos porcentuales, lo que equivale a la generación de 159.000 empleos por año aproximadamente, según Fedesarrollo. Y son justamente ellos, los trabajadores del sector, quienes hacen posible que el resto de la sociedad pueda disfrutar de una mejor calidad de vida gracias a la provisión de infraestructura de calidad.
Finalmente, es preciso mencionar que la senda de crecimiento en infraestructura requiere tanto de fortalecimiento empresarial como de fortalecimiento institucional. En cuanto al primero, es deseable, en esta coyuntura de la reforma tributaria, que el sistema impositivo no acabe con las empresas. Es también una aspiración que las firmas de ingeniería, abogados, financieros, y demás disciplinas que trabajan en infraestructura puedan retener y capacitar a sus empleados para que cada vez puedan aportar mayor valor a los proyectos en los que participan. En cuanto a las instituciones, se espera que se conviertan en compradores de servicios idóneos e informados, de forma tal que puedan tomar las mejores decisiones al momento de adjudicar proyectos de infraestructura a jugadores del sector privado.