Con gran interés esperamos la llegada del Presidente de la República a la inauguración del XX Congreso Nacional de Infraestructura en Cartagena. Luego de la intervención del presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo, el presidente Gustavo Petro le dejó saber a la audiencia sus expectativas frente a la infraestructura del país. Acá van algunas reflexiones.
Queda claro que el Presidente Petro visualiza una nueva era descarbonizada, siempre y cuando podamos llegar a ella, al no sobrepasar los umbrales de no retorno que han fijado los científicos con relación al calentamiento global y sus efectos adversos. Estamos en un punto de quiebre donde debemos comenzar a visualizar otro tipo de infraestructura que sea más sostenible y que complemente la infraestructura de transporte.
El presidente Petro visualiza una nueva infraestructura para la economía descarbonizada, fundamentada en sedes educativas interconectadas y universidades en todo el territorio. Es decir, se busca tener “una infraestructura de la educación que genere amor por el saber”, un objetivo noble para que toda la infancia acceda a la educación.
Esta nueva infraestructura deberá priorizar la conectividad. Según las estadísticas de la Ocde, Colombia está ranqueada como el último país en términos de conectividad del grupo. Así como los caminos vecinales alguna vez fueron los encargados de conectar físicamente las poblaciones, hoy en día se requiere que estas estén conectadas digitalmente. Se visualiza, entonces, un crecimiento en los proyectos de provisión de fibra óptica al estilo “caminos vecinales”.
El otro elemento central de esta nueva infraestructura que visualiza el Presidente, es el cambio de la matriz energética con energía limpia, con la consecuente conversión del transporte con combustibles fósiles al eléctrico, lo que motivaría a que la producción garantice la descarbonización.
Pero además, concibe la posibilidad de que Colombia, y también todo Latinoamérica, se conviertan en potencias energéticas al generar energía limpia e hidrógeno verde, que pueda exportarse a los países que históricamente han sido los que más gases de efecto invernadero han producido: Estados Unidos y China.
Para lograr esto, el Presidente tiene claro que se necesita más educación sobre conceptos de descarbonización y energías limpias, por lo que es necesario que más profesionales se formen en estas áreas y contar con la capacidad de producir los diseños y las obras necesarias para tal fin.
Y aunque los grandes proyectos de generación limpia a gran escala son necesarios, el Presidente también plantea que las empresas de ingeniería del país, que en su mayoría son pequeñas y medianas, puedan participar en proyectos de microgeneración a nivel local o municipal, de forma tal que se “generen redes capilares de generación”. Esto podría lograrse con una alianza entre las comunidades, las empresas y el gobierno.
Es claro que el mundo está dejando de comprar combustibles fósiles, y que por lo tanto los ingresos de ese sector deberán ser reemplazados por otros. En la mente del Presidente, una primera alternativa es el turismo, haciendo referencia a su lema: Colombia el país de la belleza. Para esto se necesitaría la provisión de infraestructura aeroportuaria de nivel internacional en los lugares que atraerían la mayor cantidad de turistas, por ejemplo Chiribiquete, así como nuevos puertos en el Pacífico para la atención a cruceros.
En una nota positiva con la Colombia de hoy, es tranquilizante escuchar al Presidente decir que los contratos de concesión firmados se van a honrar y que la ANI, en lugar de acabarla, como se había rumorado, se fortalecerá, siguiendo las teorías de Mazzucato. Además, reconoció que las concesiones suplen lo que el estado no puede hacer, con lo que demuestra su entendimiento del modelo concesionado. Es un alivio también saber que es un defensor de la multimodalidad y del transporte férreo eléctrico.
Como reto para el sector, nos invita a estudiar la factibilidad de generar un cruce Atlántico-Pacífico que complemente al canal de Panamá a través de un proyecto férreo eléctrico que sea concebido y diseñado en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el propósito de generar impacto positivo a la economía, la sociedad y el medio ambiente. De igual forma, nos reta a estudiar la posibilidad de generar un corredor férreo de Villavicencio a Puerto Gaitán, para luego generar la navegabilidad por el Río Meta y el Río Orinoco y llegar al mar, lo que generaría un desarrollo sin precedentes en la altillanura colombiana.
Colombia, como país que sufre las consecuencias del cambio climático, debe prepararse profesionalmente para proveer soluciones de ingeniería que mitiguen el riesgo climático y se adapten a la crisis.