Las empresas del sector de la infraestructura en Colombia han evolucionado notablemente en los últimos 50 años. Las de hoy se ven y se sienten muy diferentes a las que conocimos unas décadas atrás. Una mirada al pasado, no necesariamente nostálgica, nos muestra que la presencia de mujeres en actividades relacionadas con la infraestructura era muy escasa, y casi nula en cargos gerenciales o directivos.
Hoy en día, encontramos mujeres en algunas juntas directivas de compañías del sector, así como también ocupando el cargo de gerente general o CEO. Es también común encontrarlas en los comités directivos, en cargos tan variados como la dirección administrativa y financiera, la dirección de comunicaciones y mercadeo, la dirección de desarrollo de nuevos negocios y la dirección jurídica, entre otros.
Contar con la presencia femenina en las firmas de consultoría, construcción, concesiones y las empresas de la cadena de suministro del sector, les da a estas organizaciones la diversidad de pensamiento y forma de hacer las cosas, que fomentan la creatividad, disciplina y rigor en las tareas diarias.
La equidad de género ha estado en el centro de la agenda del gobierno en los últimos años. Es así como se creó en julio de 2019, el ‘Comité Sectorial para la coordinación e implementación de la Política Pública Nacional de equidad de género en el Sector Transporte’. De igual manera, producto de una primera caracterización realizada en 2020 por el Ministerio de Transporte, se conoció que 47% de los cargos gerenciales de las entidades del sector transporte lo ocupaban mujeres.
De la misma forma, las mujeres están cada vez más presentes en la ejecución de los proyectos en campo. Es así como los cargos de las varias especialidades de la ingeniería y sus áreas afines, como la geotécnica, ambiental, social, predial, se han beneficiado de la participación de la mujer. Afortunadamente, la equidad de género es algo común en las universidades.
Con seguridad hemos cruzado algún “pare y siga” en las carreteras del país, donde con frecuencia las labores de manejo del tráfico las lleva a cabo una mujer, cabeza de familia, que vive en las cercanías del proyecto. Es normal ver también mujeres ocupando los cargos de laboratorista, inspector, o topógrafo.
Desde mi experiencia colaborando con mujeres, observo en el trabajo realizado por ellas un alto grado de orden, compromiso y atención al detalle. Son también presentes las demostraciones de camaradería con el equipo de trabajo, preocupación por asuntos importantes y quizás menos urgentes, que hacen sentir el trabajo más agradable y ofrece a las organizaciones un sentido de equidad.
En el mundo actual, parece extraño todavía escribir una columna sobre mujeres en infraestructura, cuando el consenso es que, independientemente de su identidad sexual, cualquiera puede hacer el trabajo. Claro, siempre que esté motivado y haya adquirido, por educación o experiencia laboral, las habilidades necesarias para desarrollarlo.
La participación de la mujer en los órganos de dirección del gremio de la infraestructura está un poco rezagada. En la reciente Asamblea General de afiliados de la Cámara Colombiana de la Infraestructura se eligió a la nueva junta directiva, quedando tres de los doce puestos ocupados por mujeres. Hará falta un esfuerzo para que por lo menos un tercio de los miembros de junta sean mujeres.
Para concluir, el avance en equidad de género es claro, pero aún tenemos camino por recorrer. Gracias a grupos como Women's Infrastructure Network Colombia (WIN) se sigue trabajando en la búsqueda de soluciones para cerrar las brechas de género que aún existen en la industria. Con toda seguridad, con el trabajo mancomunado de estos grupos y del liderazgo de las empresas del sector se crearán mejores oportunidades para las mujeres, fomentando su liderazgo y crecimiento profesional.