Liderar con el corazón
El estilo de liderazgo empleado dentro del trabajo es esencial para promover el bienestar y crecimiento en una organización. Liderar con el corazón es la dinámica que nos permite dirigir desde nuestra humanidad, con la intención de servir, agradecer y reconocer al equipo detrás del desarrollo y los éxitos de una organización.
A esto se le llama liderazgo positivo, un campo de estudio dentro de la psicología positiva, en el cual se analizan las técnicas, acciones y comportamientos que los líderes tienen, aportan valor y bienestar a los equipos y empresas.
Existen varios estilos de liderazgo positivo; auténtico, transformacional, carismático, servicial y espiritual. Cada uno con ciertas diferencias, pero todos con el fin de alentar, energizar y empoderar a los colaboradores, fomentar emociones e interacciones positivas y generar un entorno seguro para el desarrollo integral de cada una de las personas al interior de la organización.
Liderar con el corazón se ve reflejado en los líderes que manifiestan un genuino interés por sus trabajadores, que les brindan las herramientas para crecer tanto a nivel personal como laboral, que guían por medio del ejemplo, la coherencia e integridad. Además, tiene un impacto significativo en elementos como la motivación, compromiso, productividad y creatividad dentro de los equipos de trabajo, que se sienten inspirados por el ejemplo y forma de ser de sus líderes.
Cuando hablamos de un liderazgo positivo no quiere decir que vamos a ignorar o dejar de lado los conflictos, retos o situaciones difíciles que se pueden presentar al interior de las organizaciones y en la vida personal. Hoy en día podemos entrenar y educar nuestro carácter para ser más optimistas, agradecidos, resilientes y tener una inteligencia emocional más alta para poder afrontar de una manera saludable las tribulaciones de la vida, elementos que nos permiten liderar con el corazón y acompañar a nuestros equipos, brindándoles a ellos valiosas herramientas para vivir mejor.
Para poder liderar de corazón los líderes deben trabajar de manera consciente en ellos mismos. Sabemos que tener personas a nuestro cargo es un gran reto que se debe asumir con responsabilidad. Así mismo, trabajar en aspectos como comunicación asertiva y escucha profunda, tener autoestima y consciencia propia, inteligencia emocional, consciencia plena (mindfulness), integridad y valores, resiliencia, prácticas de autocuidado y gratitud, son fundamentales para nutrir un estado interior positivo que pueda verse reflejado externamente y genere un impacto valioso hacia otros y en nuestro entorno.
Algunas prácticas que se emplean desde el liderazgo positivo tienen que ver con:
• Empoderar a los colaboradores, brindarles autonomía y flexibilidad para alcanzar los objetivos a la vez que se les brindan las herramientas para alcanzar el éxito
• Tener espacios de conexión para demostrar un auténtico interés en conocer a las personas y escucharlas, también para que los colaboradores puedan conocer a los seres humanos detrás de sus líderes.
• Espacios de feedback consciente en los cuales se resalten las fortalezas de los trabajadores y se identifiquen oportunidades de mejora y nuevos aprendizajes.
• Tener un enfoque hacia las soluciones, más allá de mencionar los problemas y retos dentro de los equipos, se debe promover el pensamiento crítico y la resolución de problemas en tiempo real.
• Ser ejemplo actuar en coherencia con los valores que promovemos dentro de nuestra organización.
Aprender a liderar desde el corazón es un ejercicio cotidiano basado en el reconocimiento de nuestra propia humanidad, nuestras fortalezas, puntos de mejora y humildad. Cuando logremos reconocernos en el otro, desde la empatía y el amor, podremos adoptar una orientación al servicio que nos permitirá enseñar y guiar a nuestros equipos para ser mejores seres humanos y aprender nuevas habilidades, tanto técnicas como personales para vivir y trabajar mejor.