El emprendimiento como pilar del desarrollo
Desde el arranque del gobierno del presidente Iván Duque, decidimos poner en marcha una estrategia de diálogo permanente para acercarnos a las regiones y a los empresarios de todos los sectores; esto pasó a convertirse en un reto de apariencia titánica y de alta prioridad para el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Pero más allá de ser una meta ambiciosa, esta iniciativa busca trascender en el tiempo para lograr una verdadera visión conjunta y construir lo que debe ser el un verdadero desarrollo empresarial productivo en Colombia, pero, sobretodo, para consolidar y dejar en evidencia que el emprendimiento es la fórmula esencial para lograr una sociedad más equitativa, que se ve reflejada en el crecimiento de nuestra economía.
Por medio de los Diálogos Empresariales Regionales nos hemos acercado a empresarios, gremios, cámaras de comercio, universidades y emprendedores de más de 20 departamentos para escuchar propuestas y preocupaciones y, por supuesto, facilitar la articulación de los diferentes actores (como las Comisiones Regionales de Competitividad), y así avanzar en la construcción de un tejido empresarial productivo, que genere un mayor crecimiento económico que se evidencie en el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos en todo el territorio nacional.
Para tener una economía competitiva y que crezca por encima del potencial actual del 3%, aumentar la productividad empresarial es fundamental. Por ello, -por medio de alianzas con las cámaras de comercio y otros actores estratégicos- pusimos en marcha las Fábricas de Productividad, un programa que busca, desde el corazón de las compañías, procurar el continuo mejoramiento de productos y procesos de la mano de mentores y expertos. Este año lograremos la intervención de 200 empresas y, para 2022, esperamos haber llegado a 4.000 intervenciones en firmas de todo el país.
También, con el objetivo de generar un entorno competitivo más favorable para nuestros empresarios y emprendedores, pusimos en marcha -bajo la guía del presidente Duque- la estrategia ‘Estado Simple, Colombia Ágil’ con el fin de facilitarles la vida por medio de la simplificación de trámites para su quehacer productivo y para la formalización de sus actividades.
A hoy, hemos avanzado en la simplificación, eliminación y automatización de 70 trámites que hacen cada vez más efectiva la relación entre el sector productivo y el Estado colombiano. Para final de este año tenemos como meta haber intervenido un total de 100 procedimientos. De cara a 2019, esperamos que más de 900 hayan sido intervenidos.
El emprendimiento es una prioridad para el presidente Duque, y por supuesto para este Ministerio. Por eso lo hemos identificado como una fuente de crecimiento de largo plazo. En estos 100 días, con los diferentes actores del emprendimiento y de la economía naranja, hemos articulado el sistema emprendedor e innovador con objetivos claros como promover la formalización empresarial, buscar nuevas fuentes de financiación, desarrollar clústeres, identificar nuevas formas de acompañamiento a los emprendedores y, por supuesto, promover un cambio en la mentalidad y cultura ante el valor de emprender e innovar.
De hecho, en la oferta institucional que hemos materializado, la idea de que el emprendimiento genera equidad se ve ejemplificada en estrategias como el Fondo Empodera, de Innpulsa, que busca financiar 300 emprendimientos liderados por mujeres; o en Innpulso Naranja, una estrategia (de mentalidad y cultura, fortalecimiento de clusters, apoyo en capital semilla, mentorias especializadas de apoyo al emprendedor, entre otras iniciativas) que cuenta con más de $5.000 millones para respaldar cada una de las etapas y tipos de emprendimientos de las industrias creativas.
Aunque este es apenas el arranque del gobierno del presidente Duque, las bases para virar hacia una economía más productiva y competitiva, que entienda el emprendimiento con impacto social, económico y cultural como un acto admirable, ya están sentadas. Estamos ante una oportunidad única de construir con las regiones una nación que, bajo los principios de legalidad, equidad y emprendimiento, se convierta en un modelo económico incluyente y responsable.